EL PAíS • SUBNOTA
› Por Raúl Kollmann
La alta imagen negativa que ostentan tanto Hugo Moyano como Luis Barrionuevo es un factor que jugó en los resultados del paro del jueves. Ambos empeoraron sus porcentajes, comparando los de la huelga de abril con la de ahora. Opinaban mal de Moyano el 60 por ciento en abril y ahora opina mal el 64 por ciento. La imagen negativa de Barrionuevo era del 61 por ciento y ahora es del 67 por ciento. “El gremialismo está en un momento malo –sostiene Roberto Bacman, que estuvo a la cabeza de la encuesta–. Por supuesto que no es de ahora, es un fenómeno bastante viejo. Influye que no haya renovación, que los dirigentes están apoltronados desde hace décadas en sus gremios y que no existe ningún tipo de trasvasamiento generacional. La percepción es que todos tienen negocios, altos niveles de vida y sobre ellos se multiplican las versiones de cuestiones turbias y propiedades inmensas que no podrían justificar.”
“Que la imagen sea hoy peor que la de abril, tiene que ver con el paro mismo y la percepción de que hay razones políticas detrás de la huelga –explica el titular del CEOP–. Pero diría que Moyano tenía aún peor imagen en algún momento y algo subió, porque existen franjas de la clase media y alta que están totalmente en contra del Gobierno y que el pase de Moyano a la oposición les viene bien. Y, por supuesto, eso vino acompañado de un nuevo enfoque de algunos medios, para quienes Moyano era mala palabra y aparecía en la tapa siempre por casos de corrupción, empresas fantasma, fondos en Suiza y cuestiones por el estilo. Hoy, en esos medios se registra una protección del camionero, pero diría que lo que más pesa son esas franjas de clase media y alta a las que les viene bien el antikirchnerismo de Moyano.”
“El caso de Luis Barrionuevo es todavía más evidente –redondea Bacman–. Su situación es muy mala, con apenas un 18 por ciento de opiniones positivas y un 67 por ciento de imagen negativa. Barrionuevo estuvo aún peor: debe recordarse cuando quemó las urnas en Catamarca y cuando parte de su fama provenía del uso violento de la barra brava de Chacarita en conflictos sindicales o políticos. La política antikirchnerista le dio una especie de aire al gastronómico, aunque es uno de los dirigentes con peor imagen del país.” Un dato llamativo es que dentro de los porcentajes magros que exhiben Moyano y Barrionuevo en cuanto a imagen, están mejor entre los sectores socioeconómicos altos y medios, que en los bajos. O sea que la clase media y alta tienen mejor imagen del camionero y del gastronómico que los trabajadores y las personas con más necesidades. Tiene que ver, justamente, con su posicionamiento político anti K.
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