El vicepresidente primero de la Legislatura, Cristian Ritondo, volvió a la carga con el proyecto para prohibir a cuidacoches y limpiavidrios, en lo que pareció como una estrategia para posicionarse en la interna del PRO por la Jefatura de Gobierno. Además, incluyó otro proyecto para que las personas que van en moto deban usar una identificación en el casco. El proyecto contra los trapitos requería de 40 votos para ser tratado sobre tablas. Consiguió 37 del PRO, Confianza Pública y parte de Unen. Lo rechazó el interbloque kirchnerista y la izquierda. Ritondo entonces tuiteó el tablero de votación con la leyenda: “Los que no queremos trapitos ni motochorros y los que sí”. “La prohibición es puramente virtual e impracticable”, consideró Claudia Neira. “Es parte de una lógica de persecución de la pobreza”, consideró Pablo Ferreyra.