Desde Paraná

“Es un enorme orgullo que la Presidenta haya elegido a Entre Ríos para que sea la sede de esta cumbre, tan especial por el momento que vive la región. Los entrerrianos tomaron un compromiso total desde el primer día que comenzamos a organizar esto y está toda la sociedad preparada para que la cumbre del Mercosur en Entre Ríos brille”, promete el gobernador Sergio Urribarri, anfitrión de la reunión de jefes de Estado del bloque regional y precandidato a presidente del Frente para la Victoria. A primera vista, Paraná le da la razón: la capital provincial permanece semiparalizada por la realización de la Cumbre. Hay retenes de seguridad en las calles del centro, helicópteros sobrevolando la zona y la capacidad hotelera está desbordada. Pero en el centro del torbellino hay calma. Quizá por eso cuando Urribarri recibe a Página/12 en su despacho, a primera hora de la mañana, se acomoda en un sillón y sin prestarle atención a su teléfono, que titila sobre la mesa, se prepara para dialogar sin apuros.

–¿Qué significa organizar esta cumbre, en el marco de la campaña para 2015?

–Tuve la oportunidad de acompañar a nuestra Presidenta en muchas de las cumbres realizadas, tanto de Mercosur y Unasur, estuve también en la de Unasur con los Brics, y son aprendizajes porque significan estar al lado de una líder como Cristina, pero también tener la posibilidad de dialogar con Dilma Rousseff, con Evo, con Rafael Correa, con Maduro, con Pepe Mujica, sobre las cuestiones que durante mucho tiempo van a ser tema de la agenda regional. Esta cumbre para mí es una oportunidad enorme, sobre todo para alguien que pretende suceder a una presidenta como Cristina Kirchner. Es un gran aprendizaje, también porque permite aclimatarse a esos ámbitos. Pero lo que más me pone feliz, sinceramente, es que después de lo que vi en Ecuador, en la última cumbre de la Unasur, creo que se van a tomar definiciones importantes en esta cumbre del Mercosur.

–¿Qué opina sobre el pedido de la Presidenta para que los candidatos den definiciones más precisas sobre su programa de gobierno?

–Fui el único que hace ya tres meses, en una solicitada en medios nacionales, planteé una serie de puntos que llamaban a la reflexión y proponía a los demás precandidatos del Frente para la Victoria que debatamos y suscribamos un acuerdo sobre una veintena de cuestiones. Y que en cada uno de los temas dijéramos lo que pensamos y lo que vamos a hacer. También planteé que a partir de marzo y hasta agosto del año que viene se hagan cinco debates entre los precandidatos, todos por televisión abierta, con la metodología de preguntas y respuestas entre los mismos precandidatos, sin un moderador, que puede a veces tener intereses. Por eso coincido totalmente con la Presidenta, no se trata de un color, un slogan o una foto, sino que se discutan definiciones que partan de los principios y las convicciones que tiene cada candidato. Qué hacer con YPF, qué hacer con los programas sociales, qué hacer con la relación de Argentina con otros países, si seguir apostando a este bloque o quizá haya alguno que esté mirando para otro lugar. Son temas sobre los que yo hablé claramente y hasta ahora no he tenido de ninguno de los precandidatos una devolución. Puede que ahora que la Presidenta lo dijo, los demás se pongan a pensar qué harían en cada uno de los temas, por eso bienvenido este llamado de atención. Este candidato a presidente hace cerca de cien días planteó más de veinte puntos que deberíamos discutir.

–¿Le preocupan los contrapuntos que puedan darse dentro de la campaña de los candidatos del oficialismo? ¿Puede ser contraproducente?

–Mientras uno no falte el respeto, creo que se puede y se debe hablar de las diferencias, para que en la Argentina se sepa quién es quién en cada fuerza política. Pero sin falta de respeto, sin agresiones. ¿Por qué no marcar las diferencias? De eso se trata. Veo muy saludable y necesario que haya competencia interna para que justamente, en base a los matices, cada ciudadano, cada militante, pueda elegir en el cuarto oscuro entre mínimo dos opciones.

–¿Cuántas opciones cree que van a llegar a las PASO en el FpV?

–Para mí, dos. Urribarri contra Scioli.

–¿Y los demás precandidatos?

–Van a converger hacia uno u otro lugar.

–¿Ha hablado en este sentido con alguno de ellos?

–Sí, lo que pasa es que con algunos tengo una excelente relación que pasa por el afecto y no quiero que nadie piense que estoy subestimando sus posibilidades. Pero con varios he hablado sobre la necesidad de converger, tres o cuatro de nosotros, en la candidatura del que esté mejor llegado el momento. Sería conveniente y positivo para nuestro proyecto.

–¿Con la Presidenta habló?

–No, y eso que tuve la oportunidad de charlar horas con ella en el último viaje a Ecuador. Pero de este tema ni palabra.

–En las últimas semanas se habló de la posibilidad de que usted sea candidato a vice.

–Para nada está esa posibilidad. Lo que sí no tengo dudas de que hay operaciones políticas y comunicacionales de otros precandidatos, que quieren instalar la idea de que yo podría aceptar una precandidatura a vicepresidente de Scioli. Jamás yo haría eso, porque somos muy distintos. Imposible que haya una fórmula Scioli-Urribarri porque somos el agua y el aceite. Estamos en el mismo proyecto, pero somos muy distintos. El crecimiento que hemos tenido en las encuestas los últimos sesenta días nos entusiasma muchísimo.

–¿Qué rol imagina que tendrá Cristina Kirchner luego de diciembre del año próximo cuando deje la presidencia?

–La verdad, no lo sé. De lo que sí estoy seguro es que Cristina se va a consolidar como líder de este proyecto nacional y va ejercer el liderazgo desde el lugar que ella quiera, frase que vengo diciendo hace meses, aunque ahora la he escuchado en boca de algún otro precandidato.