EL PAíS • SUBNOTA › EL ESPíA QUE NO ERA
› Por Raúl Kollmann e Irina Hauser
El análisis del juez Daniel Rafecas respecto de las escuchas telefónicas recolectadas por la ex SIDE y usadas por el fiscal Alberto Nisman muestra la falta de seriedad de buena parte de los personajes a los que Nisman mencionó como “diplomacia paralela”.
En el grupo, Nisman incluye, por ejemplo, al falso espía Allan Bogado. La Secretaría de Inteligencia (SI) lo había ya denunciado el año pasado por usurpación de identidad, pero lo asombroso es que Nisman, además de dar por cierto que era un agente, usó en su denuncia frases donde Bogado afirmaba cosas falsas, que resultaba fácil chequear.
Rafecas cuenta respecto de Bogado que se presentaba ante Jorge Khalil, el supuesto representante de Teherán, como un hombre del Ejecutivo con poder de negociación: “El 28 de enero de 2013, lo vemos a Bogado mimetizándose con al menos un sector del gobierno nacional (enfrentado con Timerman y la Cancillería). Le dice a Khalil, a propósito de la firma del memorándum: ‘Tranquilo, que ya ganamos, es decir ganamos una partida, yo te dije, vos no me tenías fe, pero qué es lo que sucede todo lo que laburamos en esto, vos sabés que yo hace un mes estuve en Ginebra’, y le recomienda a Khalil: ‘Calladito por diez días’. Luego Allan le va a agregar a Khalil: ‘Vos no te olvides, escuchame, que yo en mi viaje que hice a New York me junté con los primos del otro wing ¿eh?...’ haciendo una brumosa alusión a alguna persona o entidad representativa de la comunidad judía”. O sea que el tal Bogado le decía a Khalil que estuvo en las negociaciones en Ginebra y luego con la comunidad judía en Nueva York.
Rafecas no entiende cómo se pudo tomar seriamente semejante escucha: “Una simple consulta por pantalla al Registro Nacional de Migraciones, con el registro del número de DNI de Bogado, indica que este personaje no registra una sola salida del país en los últimos diez años (siendo la última el 13/11/2002 en el paso de Yacyretá, Misiones, de donde Bogado es oriundo). Este recurso seguramente estaba disponible para la UFI-AMIA también”. En otras palabras, Nisman podría haber dejado en claro la falsedad de Bogado, pero no quiso hacerlo.
La convalidación de algunas de las escuchas es directamente desopilante. Por ejemplo, Khalil sostiene que el ex juez Yrimia –otro integrante de la supuesta diplomacia paralela– “es de Inteligencia del Vaticano” y arreglaría acercamientos con el papa Francisco.
Rafecas detalla que Allan Bogado se vende a sí mismo como un hombre del riñón de la SI y le cuenta a Khalil detalles de la salud de la Presidenta, pero resulta que esos mismos detalles habían sido publicados la noche anterior en varios medios. O cuenta como información confidencial y propia la concreción de un cambio en la SI que, como lo demuestra el juez, había salido unos días antes en la revista Noticias. Para colmo, la información era equivocada.
El magistrado señala que las escuchas son diálogos entre privados, sin representación institucional ni constitucional, que no involucran a nadie y menos todavía en una denuncia en la que no existe delito alguno.
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