La jornada electoral en Neuquén comenzó bajo la bruma generada por la ceniza volcánica que llegó desde el otro lado de la Cordillera. Las cenizas del volcán chileno Calbuco fueron eje de una polémica sobre la conveniencia de realizar o suspender la elección provincial, que se prolongó hasta la hora en que los primeros candidatos emitían su voto. “Estamos acostumbrados a votar con viento, con nieve, con agua y con ceniza. Por supuesto que nos protegemos la vista”, dijo la vicegobernadora Ana Pechén, luego de votar en la ciudad de Neuquén, aunque reconoció que las dificultades mayores estaban en la zona cordillerana, más afectada. El candidato radical Horacio “Pechi” Quiroga –uno de los que más insistió con la suspensión– le apuntó a Pechén: “Los patagónicos estamos acostumbrados al viento, pero no a la ceniza”, dijo el intendente de la ciudad de Neuquén.

El propio gobernador Jorge Sapag se encargó de replicar a Quiroga: “No hay que andar llorando por los rincones, abriendo el paraguas para el discurso de las 20 horas, lo que hay que hacer hoy es trabajar y correr la carrera”. “Tiene que ser una decisión fundada en datos científicos, no en especulaciones políticas. En las decisiones primó defender a la provincia”, agregó Sapag. El candidato del MPN también se sumó a la pulseada con Quiroga: “Hay algunos que están un poco nerviosos. Son como los últimos cinco minutos de un partido de fútbol y se te escapa una patadita de más. No involucremos a la sociedad que está llevado adelante este proceso electoral con alegría y buena onda”, sostuvo Gutiérrez.

Otros candidatos que se habían pronunciado por la suspensión ayer se encargaron de alentar la concurrencia a las urnas. “Se demoró la apertura de las urnas en algunas escuelas, pero todo está normal”, sostuvo Ramón Rioseco, el candidato del FpV, luego de votar a las diez de la mañana en Cutral-Có. Al igual que otros candidatos que se habían pronunciado por la suspensión, Rioseco se encargó ayer de alentar la concurrencia a las urnas.

En cambio, la candidata a gobernadora por la Nueva Izquierda, Priscila Otton, volvió a cuestionar la elección al afirmar que se sentía “invadida por las cenizas” del volcán Calbuco. “En el oeste está todo cubierto de ceniza, muy gris. Para nosotros no estaban dadas las condiciones para realizar las elecciones, fundamentalmente pensando en aquellas localidades que están muy afectadas”, agregó Otton.

Después del mediodía, la bruma había comenzado a disiparse. Pero por la tarde el viento patagónico volvió a soplar con fuerza y a levantar la ceniza depositada en tierra y a complicar la visión. Por entonces, las proyecciones oficiales indicaban que el 75 por ciento de los más de 450 mil empadronados neuquinos había concurrido a votar. Muchos de ellos con barbijos para protegerse de las cenizas. Cerrados los comicios y comenzado el escrutinio, el operativo electoral estaba concentrado en el traslado de las urnas: la Gendarmería nacional y la policía provincial se encargarían del “tránsito asistido”, a través de las rutas cubiertas de cenizas volcánicas, para que las urnas y los votos llegaran a destino.