¿Por qué cree que varios de los intendentes bonaerenses que emigraron con Sergio Massa ahora regresaron al FpV?

–Porque el proyecto de país que les propusimos a los argentinos ha demostrado ser el más conveniente. El pueblo es el que primero lo interpretó y después los dirigentes que tuvieron dudas se dieron cuenta. Hay dos modelos: el liberalismo y el de humanismo social y cristiano. El liberalismo propone la ausencia del Estado, la preminencia del mercado; nosotros proponemos el rol central que tiene el Estado en el desarrollo de las capacidades nacionales. Ellos promueven la competencia, nosotros la solidaridad. Ellos buscan la rentabilidad, nosotros el desarrollo con inclusión social. Ellos ponen la centralidad en los países que generaron una dependencia de la banca y el sistema financiero internacional, nosotros buscamos en las relaciones internacionales lo que más le convenga a la producción de la Argentina. Ese modelo, que Néstor soñó, hoy está en tensión entre un espacio de centroizquierda con anclaje en el peronismo y espacio de centroderecha que expresan los liberales.

–¿También le abriría las puertas al regreso de Massa?

–No soy quien para cerrarle las puertas a nadie. Bienvenidos los que se den cuenta de que nuestro proyecto es el mejor para la Argentina. Yo no tengo el peronómetro. De lo que estoy seguro es de mis convicciones y donde milité toda la vida y me voy a morir militando. Ahora, los muchachos que van y vienen, yo no soy quien para cerrale las puertas. A mi nadie me consultó cuando Massa vino de la UCeDé y se quedó ni tampoco cuando se fue, simplemente me parece que esa clase de dirigente no le hace bien a la política argentina. Creo que los que entienden que la política es una mercancía y una promoción de ascenso individual, a la democracia no le hace bien. Después que estén donde quieran, a mí me tiene sin cuidado, no tenemos nada para compartir juntos, tenemos historias y visiones diferentes. Yo soy peronista y creo en la institucionalidad.