El animador televisivo Jorge Lanata denunció que ayer apedrearon la garita de seguridad del edificio en el que vive y que tiraron casquillos de un arma calibre 38 en la puerta de esa torre, asegurando que se trataba de una amenaza por su denuncia contra el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández. Pero la denuncia, que rápidamente comenzó a cosechar repudios en algunos medios, se desmoronó al rato, cuando la Policía Federal comunicó que, según la denuncia realizada por el propio consorcio del edificio y la declaración de testigos, se trató de “indigentes que arrojaron piedras a la garita de seguridad” y que los casquillos de bala se encontraron “al costado de un contenedor” de basura en la puerta de un restaurante, a 30 metros del lugar, sin relación entre ambos acontecimientos.

La denuncia por los incidentes que se desarrollaron el lunes a la tarde y que tuvieron como resultado el daño de una garita de seguridad del edificio donde vive Lanata se realizó ayer en la comisaría 15a por una mujer de 60 años, que se desempeña como administradora del consorcio. Según consigna el parte policial, la mujer se enteró del hecho porque el personal de seguridad privada le informó que “indigentes arrojaron piedras a la garita que posee instalada en la vía publica, dañando uno de los paneles frontales del vidrio blindado”.

Uno de los empleados de seguridad declaró ante la policía, además, no haber escuchado “detonaciones de arma de fuego durante el hecho ni durante el horario laboral”. El parte agrega que el empleado de un restaurante ubicado a 30 metros de la entrada del edificio sacaba la basura cuando encontró un casquillo de bala “al costado de un contenedor” y luego buscó más; encontró cuatro y entregó dos, uno “al personal de seguridad del edificio” y otro “al chofer del periodista” Lanata.