Un empleado del restaurante Azul Profundo, que se encuentra a 30 metros de la entrada del edificio de Jorge Lanata, confirmó ayer que los casquillos de bala no estaban en la puerta del edificio donde vive el periodista sino a varios metros, al lado de un contenedor de basura. El hombre, identificado como Jorge, describió: “Salí alrededor de las 8 a sacar una fotocopia en la esquina, pateé algo en el piso pensando que eran mis llaves que se habían caído y me encuentro con un casquillo. Al salir nuevamente del quiosco miro por el lugar que había pasado y encontré tres casquillos más”. Y agregó que “los casquillos no estaban en la vereda del edificio donde vive Jorge Lanata, estaban sobre la vereda pero a un costado del contenedor de basura”, y no frente al edificio ubicado en Avenida del Libertador al 300 en Retiro. “Cuando vi los vidrios rotos de la vigilancia les dije ‘miren lo que encontré’, les entregué uno y me quedé con tres, después me piden un segundo, lo di, y ya vino la policía y entregué los otros dos casquillos que tenía”, concluyó.