- Etcheasucasa. Llamó la atención la ausencia del escribano general de la Nación, Natalio Etchegaray, quien se ocupa de labrar las actas de las asunciones presidenciales desde el gobierno de Raúl Alfonsín. Según se comentaba en los mentideros macristas, al nuevo presidente no le cayó muy bien el papel que jugó el escribano en la última disputa con la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner por el traspaso del mando. Etchegaray había afirmado que el mandato de CFK concluía a las 24 horas del 10 de diciembre, mientras que el fallo judicial indicó que era a las 0 horas. En Balcarce 50, sugerían que quizá le llegó la hora de la jubilación. “Voy a ir con el acta a donde diga el presidente Macri”, afirmó Etchegaray cuando la disputa se saldó. “Tal vez Mauricio le dijo: ‘¿Ve esa puerta que dice salida? Sigala’”, bromeaban los funcionarios PRO. “¿Y la pluralidad de ideas?”, señaló otra persona. “Para eso, ya está Barañao”, indicaron.

- Inyenieri. Uno de los invitados fue el falso ingeniero Juan Carlos Blumberg, quien supo tejer una alianza con Macri hasta que su carrera política se desplomó cuando se supo que había mentido sobre su título. Ayer se sentó entre los invitados con un traje color claro.

–¿Cómo ve al gobierno de Macri? –le preguntó Página/12.

–Muy bien. Hay un muy buen equipo. Hay mucho para arreglar –contestó Blumberg, con una sonrisa.

- Locutor. Macri optó por un varón para hacer la locución de la ceremonia. Se trata del locutor Miguel Angel Villaruel, quien aprovechó para diferenciarse de Natalia Paratore, la locutora que presentaba a CFK. “No comparto la locución militante, no es mi estilo”, dijo Villaruel, quien de todas formas sostuvo que su colega es “una gran profesional”.