La concepción de la libertad de expresión en tanto derecho humano sobre la que se construyó la LSCA fue un faro que abrió caminos para intentos de democratización de otros espacios de comunicación en el país, que aún permanecen fuertemente concentrados. Sin ir más lejos, el proyecto de Fomento a revistas culturales, elaborado por la Asociación de Revistas Culturales Independientes de la Argentina (Arecia) y que renovó en octubre su estado parlamentario a la espera de tratamiento en el Congreso Nacional, persigue el espíritu de la ley 26.522. “El avasallamiento del Gobierno complica el panorama de ese proyecto en términos de que hay una concepción del sentido en el cual trabaja el Estado”, evalúa Badenes, integrante de la comisión directiva de Arecia. Le preocupa “la apropiación de ciertas banderas” de Cambiemos en el marco de estos cambios: “Rehabilitan la concentración, favorecen la competencia en nombre del pluralismo, idea detrás de la que empoderaron la reapertura de las fronteras para libros importados de la que solo se favorecen grandes editoras como Planeta o Random House. La situación es alarmante”, concluye.