Los consultores debaten también cómo será el rumbo del peronismo en los próximos tiempos y el efecto del caso López dentro del histórico movimiento. Tampoco en este terreno hay acuerdo.

“Cuando CFK fue llamada a tribunales, el 13 de abril, se generó en algunos la ilusión de que el kirchnerismo masivamente volvía a tomar la calle y que era una fuerza indestructible. Pero al mismo tiempo parte del peronismo en el Congreso Nacional se fue corriendo paulatinamente aislando a la Cámpora y cuestionando el liderazgo de CFK. Clara pero lentamente había comenzado un proceso de renovación dirigencial. Estos procesos llevan tiempo, no son de un día para otro, pero son inexorables para una fuerza política que pretende volver al poder ofreciendo futuro y no pasado”.

Mora y Araujo también señala el punto de inflexión del caso López, aunque lo relativiza. “El peronismo debe reconstituirse, rediseñar su identidad en el proceso político actual y definir nuevos liderazgos. Obviamente eso le tomará un tiempo, de duración incierta; todo se irá definiendo sobre la marcha, al compás del proceso político general; pero no sabemos cual será la duración del proceso.? La política sigue en un amplio compás de espera. La sociedad está a la espectativa de indicios más firmes relativos a la situación de la economía. El caso López, en la línea de los sucesivos eventos que suceden y continuarán presentándose en el eje de la corrupción, debilita a la opción kirchnerista pero no incide de manera directa en otros aspectos del proceso. Debilitado el kirchnerismo, es fácil concluir que el macrismo, sus aliados radicales o el Frente Renovador (incluyendo a los núcleos peronistas que gravitan en él, como el de Córdoba) pasan a estar mejor, pero no me parece que eso sea tan automático. El ‘reality’ estilo Báez o López puede distraer o entretener pero no borra la realidad de cada día ni disipa las expectativas macroeconómicas latentes en la sociedad”.

Artemio López cree que efectivamente “en el peronismo, los impactos del caso Lopez refuerzan la tendencia a la división ya instalada entre peronistas no k o anti k y kirchneristas. Y en el sistema político en general atenúa las críticas al modelo socioeconómico y las desplaza al terreno de la ‘lucha contra la corrupción’ o sea al la lucha contra aquello que los medios oficialistas consideran e instalan como ‘corrupción’”.

Ricardo Rouvier tiene un diagnóstico semejante. “El peronismo del PJ está intentando consolidarse como faro de poder independiente del kichnerismo. Su autonomía es también su posibilidad de forjarse una alternativa opositora dejando la etapa 2003/15 en el pasado. Este episodio los aleja más de la ex presidenta. Algunos dirigentes peronistas quieren ‘sacarse de encima’ a López, y van a sobreactuar”.

“En mi opinión –reafirma Haime– lo que veremos de aquí en adelante es que el peronismo comenzará a alejarse cada vez más del kirchnerismo como expresión política y comenzará a profundizar su proceso de renovación. Aquí emergerán los que ya se fueron como Massa, Urtubey, Bossio, pero rápidamente se sumarán gobernadores, intendentes y nuevos dirigentes tanto dentro como fuera de la estructura formal del PJ. Esto no significa que el kircherismo deje totalmente de existir, pero está claro que irá perdiendo gravitación política. Tampoco significará que la dirigencia peronista deje de reivindicar sus banderas históricas ni dejará de criticar la orientación económica y social del gobierno de Macri. Pero se trata de una dirigencia que entiende que la búsqueda de justicia social no esta reñida con el diálogo democrático”.

“El peronismo no kirchnerista –sostiene Bacman– sigue transitando un camino sinuoso y zigzagueante en una búsqueda de liderazgos que lo posicionen como partido opositor. Aquellos que se acercaron al kirchnerismo en el poder hoy ponen distancia; el resto aún no sabe a ciencia cierta cómo manejarse en el rol de oposición. El peronismo siempre se sintió más cómodo cuando ejerció el poder. A estos últimos, a los peronistas no K, el caso López le brinda nuevos aires: de una u otra manera tienen una justificación de los motivos que los llevaron a alejarse de la gestión kirchnerista”.