Dom 07.08.2016

EL PAíS • SUBNOTA

Adiós a Lili

› Por Mario Wainfeld

Liliana Chiernajovsky falleció el viernes tras haber hecho frente durante ocho años a una leucemia que afrontó con coraje, decisión y una carga casi indescriptible de vitalidad. La familia cuenta que se mantuvo consciente y vivaz hasta último momento, que se despidió con buena cara de sus dos hijas y personas queridas cuidando tanto de todas ellas como de su propio aspecto personal.

“Lili” fue una mujer entrañable, una militante popular tenaz. Fue encarcelada siendo muy joven, durante el gobierno de Isabel Perón, lo que le valió una experiencia dual. Padeció años de encierro, vejámenes y torturas pero “zafó” de la desaparición que segó la existencia de tantas compañeras y compañeros.

Su hermano, Miguel, fue secuestrado a los 21 años y es uno de los desaparecidos. Su madre jamás se repuso del todo de tanto dolor. Conocí a Liliana en los primeros años de la década del 80, ya recuperada la democracia. Si algo no parecía, ni quiso parecer nunca era la víctima de tanto dolor y tanta tragedia que signaron su existencia. A primera vista podía parecer una persona atolondrada, desbolada. Solía describirse así, aunque esas características eran tan visibles cuan epidérmicas.

Fue una luchadora permanente, comprometida con la política, dotada de una sonrisa luminosa que se hacía carcajada con facilidad.

Contaba que en prisión acuñó un juicio severo sobre la organización Montoneros, en la que militaba cuando cayó presa. Pero que jamás abrió la boca mientras estaba detenida para no mostrar fisuras ante el enemigo. La anécdota la pinta bien, en su imbatible espíritu crítico y en la coherencia.

Se implicó en la política territorial, ocupó algún cargo en la Municipalidad de Buenos Aires, fue Convencional Constituyente porteña, trabajó en la Legislatura de la Ciudad.

Fue consecuente y pertinaz defensora del derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos y a la despenalización del aborto.

Una formidable contratapa publicada en este diario testimonia su historia, sus banderas, su saga familiar, su consistencia intelectual y política: Yo aborté –Página/12 :: Contratapa ::

www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-48853-2005-03-23.html

Releerla nos reencuentra con su franqueza y valentía dando cuenta de una formación y de una capacidad para escribir que tomaba en solfa. Estudió siendo ya adulta y se graduó en Ciencias de la Comunicación con una tesis titulada “Mundo Clarín”. Es un trabajo notable, que solía ocultar. El periodista Martín Sivak la citó y elogió en su libro Clarín. La era Magnetto.

Lili fue una compañera luminosa y cálida, a veces deslenguada a fuer de suelta. Hay personas que no acceden al Salón de la Fama pero irradian virtudes que mejoran a quienes las conocen y, casi de cajón, las quieren. Quienes compartimos con ella tiempos de militancia e ilusiones y muchos más años de amistad fuimos mejores por haberla tratado… ya la extrañamos y la lloramos como cada cual mejor puede.

Nota madre

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