Las dos CTA respaldaron el gesto de Sergio Palazzo, que en el congreso de unificación de la CGT pidió que la central convoque a un paro general antes de que finalice septiembre –lo que fue rechazado–. Hugo Yasky y Pablo Micheli consideraron, en este sentido, que la nueva conducción cegetista “no puede seguir deshojando la margarita para ver si va a confrontar o a ser homologadora de las políticas de ajuste”. Los dirigentes de la CTA sostuvieron que “no hay espacio para seguir jugando a darle tiempo al Gobierno”.

Yasky señaló que la unificación de la CGT “tendrá sentido en tanto sea para fortalecer un frente de unidad social que confronte con las políticas de ajuste del gobierno del ingeniero (Mauricio) Macri, que sigue haciendo estragos con el aumento de los precios, la caída del salario y los despidos”.

“La CGT tiene que salir para adelante con la convocatoria al paro nacional y las acciones que pongan al movimiento obrero contra el ajuste, porque las circunstancias del país están bastante claras”, agregó.

El dirigente aseguró que este debate “está en la base y en la mayoría de los sindicatos de la CGT”. “Nosotros estamos convocando a la marcha federal, el sector de Palazzo ya decidió que va a participar y en muchas provincias las regionales de la CGT van a sumarse a los actos, como es el caso de Rosario, Córdoba y Mar del Plata. De manera que mayoritariamente hay voluntad de confrontar, porque el gobierno de Macri no solamente significa el perjuicio que los trabajadores estamos sufriendo hoy, sino que está preparando una reforma laboral que se va a llevar puestos los derechos laborales. La nueva conducción tiene que tomar una decisión. Nosotros estamos convocando a la marcha federal junto con los compañeros de la Corriente Sindical Federal y vamos también a poner el cuerpo el día que se realice la audiencia pública por el aumento de las tarifas. Septiembre tiene que ser el mes en que nos juntemos en la calle”.

Micheli apuntó que “el tema de la unidad de todas las corrientes sindicales siempre es un avance”, aunque puso como condición que “sirva para pelear en defensa de los intereses de los trabajadores y las trabajadoras”.

El 29 de abril, las dos CTA y los tres sectores que dividían a la CGT lograron confluir en una movilización contra los despidos. La movida tuvo un fuerte impacto, pero luego el Gobierno logró desactivar la llamada “unidad en la acción”; en el medio, hubo negociaciones sobre los millonarios fondos de las obras sociales. Más allá de los discursos de tono opositor de la nueva conducción cegetista, la pregunta es si esto no se volverá a repetir. Micheli no lo descartó. “A la primera propuesta de paro nacional que llevó Palazzo la rechazaron. Nosotros teníamos expectativas de que acompañaran el paro que estamos preparando”.