Por F.Y.

Varios fueron los argumentos utilizados por los ministros del gabinete de Néstor Kirchner durante las reuniones que mantuvieron con los bloques del Senado para justificar la necesidad de aprobar la nueva ley laboral. El más importante, sobre todo para el ministro de Trabajo Carlos Tomada, es que la iniciativa “no está dirigida a generar más empleo, para ello están las políticas macroeconómicas, sino que pretende mejorar la calidad del trabajo” y para ello pretenden corregir las desviaciones que provocó la flexibilización laboral.
En base a esta premisa, Tomada centró su exposición frente a los legisladores oficialistas y de la oposición. Hizo hincapié en cuatro ejes que consideró fundamentales y, sobre todo, intocables a la hora del debate. Esto es período de prueba, reducción de aportes patronales, negociación colectiva y ejercicio del derecho a huelga en servicios esenciales.
Si bien Tomada no lo dijo, mucho menos el jefe de Gabinete Alberto Fernández, la intención del Ejecutivo es que el texto no tenga ningún tipo de corrección. “Nos llevó demasiado tiempo consensuarla como para que ahora se dediquen a introducirle modificaciones que pueden tirar por la borda los acuerdos alcanzados”, confió a este diario un funcionario del Gobierno.
Todo indica que no le fue sencillo encontrar el acuerdo de las partes interesadas al Gobierno. De hecho, la norma que estaba prevista para que ingresara el martes se retrasó porque Tomada mantuvo una última reunión, el lunes en la noche, con sectores empresariales que todavía mantenían algunas objeciones. “Ahora todo está listo”, se lo escuchó decir al ministro mientras fumaba uno de sus habituales habanos.
La ultraactividad, las nuevas paritarias y la restitución del poder de policía del Ministerio desvelan a más de un empresario y a uno que otro senador. Ayer, los senadores –sobre todo ex gobernadores– dejaron entrever esta misma crítica. Tomada los silenció con una sola frase: “Los conflictos los resuelven las provincias, pero las inspecciones las realiza el Estado nacional”. Para el Gobierno, volver a contar con esta herramienta es fundamental a la hora de aplicar su idea de mejorar las condiciones cualitativas de los trabajadores.