Dom 29.02.2004

EL PAíS • SUBNOTA  › NUN Y FEINMANN HACEN UN BALANCE DE LA GIRA

Ideas, diálogos y un piano en Caracas

Por P. F.

Después del anuncio del acuerdo estratégico con Brasil y de una jornada en la que la agenda oficial no dejó huecos, José Nun y su tocayo José Pablo Feinmann se quitaron el traje, desaceleraron y compartieron la cena con el canciller Rafael Bielsa. Pasada la medianoche caraqueña, comenzaron una charla con Página/12 que tuvo intervalos para pedir alguna bebida y escuchar al autor de La sangre derramada tocar la Rapsodia en Blue de Gershwin en el piano de la terraza del Hilton Hotel. Pepe Nun, revelando un rasgo poco conocido de la personalidad de uno de los más reputados politólogos latinoamericanos, contó media docena de chistes. Las bromas contribuyeron a contrarrestar el efecto que las imágenes de la represión y el “sonido ambiente” de sirenas y bocinas le habían impreso a la noche. La presencia de ambos en la delegación aportó una visión diferente y por cierto más profunda de la situación argentina, del momento que atraviesa Venezuela y de la realidad latinoamericana. Esta es la charla con los “pensadores independientes”, como los presentó el presidente Néstor Kirchner a los dirigentes de la oposición.
–¿Cuál es la primera impresión del viaje a Venezuela?
Nun: Es mucho más dura de lo que uno tenía, es decir que la fractura social es tan visible y tan intenso el odio entre los sectores en general más pudientes de la población que a uno lo impresiona, porque no se ve en el horizonte inmediato una posibilidad de acuerdo. Nos impresionó gratamente, como contrapartida, el desarrollo de la reunión del G-15, institución melancólica que en realidad no ha hecho nada relevante en los últimos años, pero que dio ocasión a un discurso leído por el representante de Kofi Annan, que dio un apoyo a la negociación de la deuda de Argentina que fue realmente emocionante; otro tanto hicieron el presidente de Zimbabwe y lógicamente Chávez. Todo esto terminó con el acuerdo estratégico con Brasil, que es un respaldo notable. Es decir que han pasado muchas cosas en poco tiempo. Algunas malas, que fueron peores de lo que yo esperaba, y otras buenas que fueron mejores de lo imaginado.
Feinmann: El panorama es sombrío, y creo que estamos muy cerca de la violencia, puesto que hay una intolerancia muy grande basada en la incapacidad de transmitir ideas. Lo que se ven son agresiones no solamente físicas, a partir de viejas abstracciones por las que finalmente la gente muere en las calles. A mí el discurso de Chávez me pareció brillante y descubrí la potencia y el carisma que tiene, si bien sabemos todo lo que la oralidad le da a un líder. Y por otro lado hubo un “ejercicio coreográfico”, de claque de adherentes, organizados, vestidos de rojo, con cánticos y loas a Chávez. Eso me pareció una simetría patética, porque jamás la adhesión y el fervor popular pueden estar coreografiados. Y lo otro que fue muy rico fue la reunión del Presidente con dirigentes opositores, en la que Kirchner nos presentó a Pepe y a mí, con gran originalidad: “Bueno –y nos señaló–, ellos son dos pensadores independientes que nos acompañan”.
–En Venezuela, ¿qué papel juegan los intelectuales?
Nun: La intelectualidad está masivamente contra Chávez. Pero para entender lo que sucede hay que hacer un poco de historia. Venezuela llegó a ser la versión caricaturesca más extrema del gobierno de los políticos en nombre de la democracia. A partir del pacto de “punto fijo” con el que se desaloja a Pérez Jiménez –el dictador–, los dos grandes partidos, Acción Democrática y Demócrata Cristiano, firman un pacto por el cual se establece la alternancia en el poder y además el reparto parejo de todos los cargos públicos, transformando todo el esquema democrático en una ficción. Se va cristalizando un gobierno de los políticos cada vez más corrupto y más alejado del pueblo, y cuando se abandona la alternancia esto no es corregido por Carlos Andrés Pérez, que termina destituido. Es decir, que venimos de un pasado en el que esgrimir como credenciales lademocracia es un exceso verbal. Llega entones al gobierno Chávez–-inicialmente golpista– y en principio confunde a Estados Unidos, a la prensa y hasta a los intelectuales. Cuando comienza a consolidar su poder tiene gestos autoritarios. Pero seamos claros, para consolidar el poder se puede hacer lo que hace Kirchner, que no elige solo a los jueces de la Corte Suprema, o lo que hace Chávez, que con mayoría simple designó 22 jueces. Eso genera mucho repudio, sobre todo en los intelectuales, y ese repudio es amplificado por una burocracia residual de aquellos años, que Chávez no reemplazó porque no llegó al poder con un partido estructurado sino con el soporte del ejército, pero sin partido y con la Iglesia en contra. Entonces, las condiciones en las que se mueve son condiciones que refuerzan su actitud, son una especie de profecía autocumplida de la oposición, un hombre que queda cada vez más constituido como líder individual. Como dijo José Pablo, con una retórica tercermundista que en su discurso conmueve, como por ejemplo cuando dijo que “las vacas del primer mundo reciben por subsidios 2,20 dólares per cápita, y hay 1500 millones de niños del mundo que consumen menos de 2 dólares per cápita”. Y eso es demoledor. Lo que sucede es que hasta ahora esto no se tradujo en una mejora de las condiciones de vida de los venezolanos. Hay un 82 por ciento de pobres y los chavistas se defienden diciendo “en Venezuela siempre hubo un 80 por ciento de pobres”. Es un argumento débil como réplica. También hay que decir que la ayuda cubana en salud y educación ha comenzado a mejorar las perspectivas y esto le ayudó a hacer crecer su popularidad. Hay una carrera contra el tiempo que tiene que ver con los plazos constitucionales y por eso la lucha es a muerte...
–La “pelea a muerte” no parece una frase hecha...
Feinmann: La pelea es a muerte. Lamentablemente es así, corre sangre y parece que no hay nada que pueda evitarlo. De acuerdo con lo que conversamos, con lo que excesivamente podríamos llamar “líderes de la oposición” –de bajo nivel político– vimos que ahora están concentrados en una cuestión numerológica; de cuántos muertos puso uno, cuántos movilizó otros... La verdad, no se notaron ideas. Pepe y yo intervinimos bastante en la charla, lo cual revela el grado de apertura y –dicho con humor– de insensatez de Kirchner, que nos lleva y no tiene ni la menor idea de lo que vamos a decir... Pero volvamos al tema, en un momento Pepe les pregunta: ¿si ganan el referéndum, qué pasa el día después? Y yo les agrego: “No den números, nosotros somos gente de ideas”. Y les pregunto concretamente qué harían con la deuda, qué opinan del club de deudores o de las estrategias conjuntas. Lo primero que contestaron fue marcar el grado de corrupción de los países deudores como principal causa de la deuda. Ahí ya no había más nada que hablar, estos señores son acreedores.
Nun: A propósito del “día después”, lo que hay que tener en cuenta es que esta “coordinadora” anti Chávez está formada por 60 organizaciones de las cuales 28 son partidos políticos que van desde la izquierda hasta la derecha, con un solo punto a común que es el repudio a Chávez. Eso es casi una garantía de que al día siguiente el país es inviable. Y yo cité un ejemplo que me parece relevante, y que refuta esa idea de “vayamos a elecciones y con esto saneamos las situación”. El ejemplo es Bosnia, que fue a elecciones y fue la hecatombe. Las elecciones fueron el preámbulo del desastre. Ellos dicen que van a hacer un programa, pero a mí no me convencieron de que puedan hacerlo.
Feinmann: Te cierro con esto: la idea de tragedia que me está dando vueltas. Hegel tenía una hermosa definición, no son los buenos contra los malos. Para Hegel, Creonte y Antígona tenía profundas razones, lo bueno contra lo bueno. Acá es la lucha “algo contra algo” pero no podemos saber bien de qué lado esta el mal, está repartido. Y si bien hay que defender la continuidad institucional, lo que se nota es una situación de “empate trágico” en que todos creen que tienen la razón y pueden matar al otro.
Nun: Creo que fue una gira muy valiosa.
Feinmann: ¿Puedo agregar que toqué el concierto número 2 de Brahms?
Nun: Por fin sabemos quién le robó el piano al General en Caracas.

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