El ex fiscal Pablo Lanusse resumió el propósito de la intervención federal que lidera en Santiago del Estero: “Recuperar la calidad institucional para que nunca más puedan existir situaciones bochornosas y de vergüenza, como la económica, que lejos estaba de la realidad de pobreza y marginación de la gente”. Es que cuando un mes atrás el matrimonio de Carlos Juárez y Nina Aragonés se vanagloriaba –aún en el poder– del superávit de 500 millones de pesos con el que entregaba la provincia a la intervención dispuesta por el gobierno nacional, omitía un detalle: “Ese saldo –explicó Lanusse– fue posible porque no se utilizaron 325 millones de pesos destinados a la atención de las necesidades básicas insatisfechas del 58 por ciento de la población”. En declaraciones radiales, el funcionario señaló que “esa caja además era una distorsión de la realidad, porque de ese extracto bancario que se jactaron de presentar como un gran logro de la gestión, la provincia tiene una deuda que supera los 700 millones y que fue refinanciada en dólares a una tasa anual del 15,8 por ciento, lo que va a obligar también al desembolso de más de 500 millones de pesos de intereses”.