Los argentinos ya están embarcados en el tema de la crisis energética. Tal vez como consecuencia del nuevo sistema de incentivos, la preocupación de la sociedad para que no falten la luz y el gas ya derivó en conductas concretas. Así lo demuestra una encuesta en la que más del 70 por ciento de los consultados respondió que ya empezó a ahorrar energía en su propia casa. Con respecto a los responsables del problema, la actual gestión puede respirar un poco más tranquila. La mayoría considera que la culpa la tienen los gobiernos anteriores y las empresas privatizadas.
El Gobierno lanzó hace quince días un programa que premia el uso racional de la energía domiciliario y castiga a quienes no ahorren. En una investigación telefónica sobre 300 casos de Capital y Gran Buenos Aires, realizada por la consultora Analogías entre el 7 y 8 de mayo, el 71 por ciento dijo que ya empezó a ahorrar energía en su casa. Más de la mitad consume menos luz y gas, casi el 15 cuida su gasto de luz exclusivamente y un 4 por ciento controla sólo el gas.
Analogías preguntó qué nivel de involucramiento debería tener el Presidente ante la crisis. Un porcentaje muy bajo, de apenas el 9 por ciento, opinó que la intervención de Kirchner no es necesaria, mientras que el 87 por ciento dijo que debería involucrarse “bastante” o “mucho” en el tema. Las respuestas también muestran que el Presidente todavía no conforma esas expectativas: 54 de cada cien lo ven “muy” o “bastante” metido con el problema, pero 42 de cada cien consideran que “poco” o “nada”.
En cuanto a la decisión de venderle menos gas a Chile a partir de la crisis, una fuerte mayoría –el 75,6 por ciento– opinó que en la actual situación la prioridad es el abastecimiento local. De todas maneras, el respaldo no se mantuvo tan alto frente a la medida concreta de disminuir los envíos, ya que el 55 por ciento dice estar “muy” o “algo de acuerdo” con ella, mientras que un 31 por ciento se siente “poco” o “nada de acuerdo”.
El sondeo se realizó en los dos días siguientes de la accidentada audiencia en la que, a pesar de la oposición de los consumidores, se dio vía libre para habilitar los aumentos en el precio del gas. En ese sentido, la mayoría de los encuestados –casi un 73 por ciento– opinó que un aumento de las tarifas no hubiera evitado caer en la crisis actual. Un 20 por ciento, en sintonía con la prédica de las empresas, consideró que si hubieran subido el gas y la luz, el problema energético no hubiera ocurrido.