EL PAíS
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El diálogo con Vilma
–¿En qué discrepa hoy cuando se sienta a conversar de política con su hermana Vilma?
–Compartimos mucho. Ella es una persona muy inteligente, tiene una fuerza de trabajo bastante mayor que la media. Compartimos la necesidad de armar un espacio independiente que acompañe la agenda de gobierno y comprometida con su éxito. Siempre puede haber matices porque entre toda la gente puede haberlos. Ella tiene su entidad propia y no porque sea hermana de; me enorgullezco de eso. En lo sustancial no sólo coincidimos, sino que tiramos para el mismo lado.
–A Vilma se la ve más convencida de jugar con el kirchnerismo.
–No es esa la alternativa. Una definición política no pasa por si uno juega o no con un sector político. En realidad, hablamos de agenda, de contenido y de política. Estamos acompañando esa agenda y esas políticas centrales, más allá de que uno pueda disentir sobre determinadas cosas. Coincidimos en eso y también en no hacerlo desde un lugar de mimetización o de una pata no peronista del gobierno, sino desde un lugar propio e independiente al que siempre hemos pertenecido.
Nota madre
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