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Los equipos de brigadistas, en el corazón de la tragedia minera
Según versiones, anoche los socorristas ya habían divisado el lugar donde murieron los obreros que resta ubicar. A última hora, Río Turbio esperaba con expectativa la llegada de noticias desde el interior de la mina.
Con el objetivo de hallar a los siete trabajadores desaparecidos, las cuadrillas de rescate de la mina de Río Turbio recorrían anoche los últimos 150 metros para llegar a la unión nueve de la mina cinco, el lugar exacto donde se produjo el lunes último el derrumbe e incendio de los yacimientos. La tragedia ya dejó como saldo la muerte de otros siete mineros. Según indicaron fuentes del gobierno municipal, los resultados de esta búsqueda serían definitivos. Una versión indicaba anoche que la cuadrilla ya había encontrado antes de la medianoche los cuerpos de los siete mineros desaparecidos. La desesperación de los familiares y amigos que esperaban alguna certeza en el hospital de la localidad santacruceña continuó ayer durante todo el día. Hoy llegan a la localidad 12 expertos en rescate y operaciones técnicas de Naciones Unidas (ONU) y otro grupo de especialistas desde España.
En tanto, el cuerpo del minero Miguel Cardozo fue sepultado ayer en el cementerio de la vecina localidad de 28 de Noviembre, a unos 10 kilómetros de esta ciudad. Ayer también llegaron a la localidad chilena de Puerto Natales los restos de Sixto Alvarado, el último minero en ser rescatado de la mina y cuyos restos fueron velados en la noche del jueves en el Centro Cultural de la ciudad.
Cuando la expectativa de vida ya era mínima, el gobierno municipal de Río Turbio especulaba con la posibilidad de que alguno de los trabajadores se hayan ubicado en un sector denominado chiflón seis donde, según el secretario de Producción de la localidad santacruceña, Paulino Rodríguez, se podría haber acumulado un bolsón de aire. Sin embargo, fuentes del gobierno municipal confiaron a este diario que en la tarde de ayer ya se había rastrillado esta galería y no se encontraron a los mineros.
Las condiciones de búsqueda mejoraron ayer a la mañana cuando de 300 grados la temperatura bajó a 40, primero, y después a 23, aunque en el último tramo la situación fue más complicada ya que los brigadistas se acercaban al foco del incendio. El intendente de Río Turbio y presidente del comité de emergencia de Defensa Civil, Matías Mazú, aseguró que ayer los socorristas “pudieron sobrellevar de mejor manera las tareas, ingresando en grupos de entre ocho y diez hombres con tubos de oxígeno que les permiten mantenerse hasta cuatro horas en las galerías subterráneas”.
Bomberos de la Policía Federal se sumaron ayer a las tareas llevadas a cabo por unos 15 brigadistas argentinos y chilenos para realizar el trabajo de “vanguardia” en los sectores más críticos de las galerías, dominados por las altas temperaturas y la concentración de gases, según explicó Mazú. Para eso, los efectivos cargaron con visores y tecnología para detectar cuerpos o bultos en el oscuro suelo de la mina. Según explicaron las fuentes, el rastrillaje en el sector del derrumbe se complica y se hace “más lento”, además, porque a pesar de que el incendio fue apagado, aún quedan brasas dispersas en la mina de carbón. A la búsqueda también se sumaron las brigadas de mineros que conocen en profundidad las galerías.
Además de la búsqueda de los obreros, los brigadistas reparaban el camión que el día del siniestro chocó en el interior de la mina, para poder retirarlo del lugar. En el interior de la mina trabajaron hombres de tres brigadas que realizan tareas de rastrillaje, junto a cinco médicos y paramédicos de Gendarmería Nacional, para brindar auxilio en caso de ser necesario.
Hoy, la expectativa está puesta en la llegada desde Michigan, Estados Unidos, de 12 expertos de la ONU, munidos de equipos para la búsqueda de los cuerpos. También llegará desde Madrid un grupo de especialistas de Endesa, la empresa española de electricidad y minería para analizar el estado actual del lugar. El ministro de Planificación, Julio De Vido, adelantó ayer que cuando finalicen las tareas de rescate “se va a trabajar en la reconstrucción de la mina, con una inversión inmediata y con la más moderna tecnología en materia de detección de gases y sistemas de alarmas, para evitar tragedias”.
Durante todo el día de ayer, la profunda amargura de familiares y amigos circuló por los pasillos del hospital local en búsqueda de una noticia, de una certeza que pueda terminar con estos días interminables de dolor. El intendente se reunió en el centro asistencial de la localidad ubicada a 300 kilómetros al este de Río Gallegos con algunos de los parientes de los obreros aún atrapados para interiorizarlos sobre las últimas medidas tomadas en el operativo de rastrillaje. Sin embargo, los familiares no dejaron de mostrarle su disgusto por las demoras para encontrar a los desaparecidos.
Minutos antes de volver a Buenos Aires, De Vido aseguró que la empresa a cargo de la mina “va a seguir siendo ciento por ciento del Estado”. El funcionario comentó que en el rescate hay “técnicos especializados en ventilación que analizan niveles de metano y monóxido de carbono”.
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