EL PAíS
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CFK en provincia, Bielsa en Capital
La obsesión que el Gobierno mostró en las elecciones del año pasado para “armar un bloque de diputados kirchneristas” no se ha desvanecido, es la misma que demuestra ahora cada vez que habla del 2005. “Para gobernar y cambiar el país nos hacen falta diputados y senadores, legisladores de la nueva Argentina que queremos construir”, recuerda un secretario de Estado pingüino. Esa lógica –como ya se contó en esta columna– es la que imperará a la hora de elegirle territorio a CFK, con lo cual la mujer del Presidente será candidata a senadora por la provincia de Buenos Aires.
Ante la tregua instalada con Duhalde, la decisión se reduce a una cuestión de números. “Los gobernadores nos van a dar lugares en las listas de diputados, por lo menos obtendremos 20 o más en esa cosecha; en la provincia de Buenos Aires podemos meter otros 20. Está dicho: Cristina debe competir en la provincia”, razonan en la Rosada moviendo las cuentas del ábaco.
La tregua de marras podría crujir un tanto si cuadra una movida que pergeñan coralmente el subsecretario general de la Presidencia, Carlos Kunkel, y el gobernador Felipe Solá. Ambos, con la sociedad del intendente de La Matanza, Alberto Balestrini, están evaluando la posibilidad de presentar una lista alternativa para competir por la conducción del PJ bonaerense. La fórmula oficial –apoyada también por la Casa Rosada– será Eduardo Duhalde presidente, José María Díaz Bancalari vice. Duhalde pedirá licencia y Díaz Bancalari, actual presidente del bloque peronista de diputados nacionales, tomará las riendas del “aparato”.
La idea de Kunkel, Solá y Balestrini no es ganar ese desafío, al menos no la presidencia del partido; la estrategia contempla ganar cargos en los distintos departamentos provinciales, en algunos del conurbano y en muchos del interior. “Sería una manera de comenzar a ganar y modificar el aparato duhaldista. La otra gran partida será en 2007”, especula ante los suyos el subsecretario general. Dicho esto, el funcionario ha mandado a su tropa bonaerense a que escuchen lo que tengan que decirle los lugartenientes duhaldistas: especula con que, quizás, algunas listas se abran sin necesidad de confrontar.
Al lado del despacho presidencial, sin embargo, rechazan que la movida cuente con el beneplácito de Kirchner. “No vamos a poner en riesgo nuestra sociedad con Duhalde por ninguna cuestión menor”, categorizan, ceño fruncido inclusive.
Porteñas
La lógica que impera para definir la participación de CFK en la provincia, va de suyo, ha variado el escenario y las alternativas del oficialismo en la Capital Federal. Tanto en la Casa Rosada cuanto en el Palacio municipal hacen cronoterapia, “todavía falta un año”, dicen, mirando las encuestas. El desafío para aquivos y troyanos es encontrar un candidato que pueda enfrentar a Elisa Carrió, a Mauricio Macri y, quizás también a López Murphy en el distrito. Por si fuera poco, dicho aspirante debería contar con el consenso de los señores de ambos extremos de la Plaza de Mayo.
En los últimos meses, una tensión de baja intensidad se instaló en la relación entre Ibarra y Alberto Fernández. Sin que la sangre llegase al río, acusaciones y pullas han cruzado la histórica plaza en ambas direcciones.
Cuando, tras los desmanes producidos en la Legislatura porteña –que les costara el puesto a Gustavo Beliz, Norberto Quantín, José Campagnoli y al ex jefe de la Federal Eduardo Prados–, Ibarra tomó distancia del gobierno nacional, Kirchner lo reconvino por lo que debieron arreglar cuitas en una reunión donde se expusieron variadas explicaciones.
Ocurrido esto, sin que la tensión haya desaparecido del todo, parece haber consenso en que el canciller Rafael Bielsa sea el portaestandarte de ambos en la elección para diputados nacionales del año que viene. “Nuestro candidato para encabezar la lista en la Capital es Rafa”, dicen en la Rosada. El nombre del canciller es compartido en la Jefatura de Gobierno porteño. “Tiene un piso de 20 puntos, buena imagen y carisma. Todavía falta un año para las elecciones, es el candidato que puede dar batalla y ganar”, aportan desde la municipalidad.
El consenso no parece menor habida cuenta de los deseos que la Capital despierta en variados hombres del Presidente y del jefe de Gobierno. Alberto Fernández es uno; Jorge Telerman, vicejefe de Gobierno porteño, a cargo de Acción Social, es otro. Este último desertó de conformar la lista de diputados por su designación y su anhelo de suceder a Ibarra.
En la Rosada tratan de calmar las ansiedades: “Mire, acá hay que aportar a un proyecto, no importan los hombres. Dentro de tres años veremos quién está mejor parado para ser jefe de Gobierno, así como ahora vemos que Bielsa es quien está mejor para competir en Capital”.
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