El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, utilizó parte de su discurso de apertura de las sesiones de la 59a Asamblea General de las Naciones Unidas para reafirmar la alianza estratégica de su país con la Argentina. “Brasil está empeñado en la construcción de una América del Sur políticamente estable, próspera y unida a partir del fortalecimiento del Mercosur y de una relación estratégica con Argentina”, subrayó Lula, quien también fue crítico del rol de los organismos financieros internacionales.
El presidente brasileño y Néstor Kirchner compartieron el lunes una de sus primeras actividades en Nueva York, cuando desayunaron juntos en el hotel Waldorf Astoria. Allí, Lula había advertido que la grandeza de Brasil estaba estrechamente vinculada con la existencia de “una Argentina industrializada”. Ambos presidentes coincidieron en reafirmar durante su paso por Estados Unidos la unión de los dos países. Lula lo expresó en público en su discurso, que hizo eje en la pobreza y la miseria que deben soportar los países que padecen los efectos de una “globalización asimétrica y excluyente”.
“El surgimiento de una verdadera Comunidad Sudamericana de Naciones ya no es un sueño distante gracias a la acción decidida en lo que se refiere a integración física, económica, comercial, social y cultural”, sostuvo el brasileño. Aludió también a “las negociaciones comerciales multilaterales para alcanzar acuerdos justos y equitativos” y consideró que en la última reunión de la Organización Mundial del Comercio (OMC) se dio “un gran paso para la eliminación de restricciones abusivas que perjudican a los países en desarrollo”.
Otra coincidencia de Lula y Kirchner en la ONU fueron las críticas al funcionamiento de los organismos financieros internacionales. Lula pidió cambios en los organismos que, en lugar de resolver las crisis, muchas veces debido a su excesivo rigor resultan “parte del problema”. “El FMI debe sincerarse para proveer el aval y la liquidez necesarios a inversiones productivas –en particular infraestructura, saneamiento y vivienda–, que permitan incluso recuperar la capacidad de pago de las naciones pobres”, subrayó.
Brasil mantiene su aspiración histórica de ocupar un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU. Lula abogó ayer por la ampliación del cuerpo para “adecuarse a la realidad de hoy y no perpetuar la de la Segunda Guerra Mundial”. Lula precedió en el uso de la palabra a George Bush. Utilizó esa oportunidad para remarcar que “la humanidad está perdiendo la batalla por la paz, en un mundo donde el terrorismo se alimenta de las tragedias del hambre y de la pobreza, y donde las respuestas no pueden ser concebidas sólo en términos estrictamente militares”.