En un día agitado en Santiago del Estero, miles de personas salieron a la calle para expresar un enérgico rechazo al fallo de la Corte Suprema que frenó la reforma de la Constitución provincial impulsada por la intervención federal. Luego del duro golpe que significó esta resolución para el interventor Pablo Lanusse, la marcha fue un fuerte gesto de respaldo a su gestión en territorio santiagueño.
Desde que se hizo pública el martes por la mañana, la decisión del máximo tribunal de suspender las elecciones para convencionales constituyentes cayó como un baldazo entre la población santiagueña, que lo interpretó como “un triunfo del viejo régimen”. Esa fue la sensación que sobrevoló la movilización de ayer, que convocó a distintas fuerzas políticas, agrupaciones sindicales, estudiantiles, campesinas, piqueteras y ONG. “Sí a la reforma”, fue la consigna común.
Los manifestantes marcharon desde la Plaza Libertad hacia la sede de la gobernación y, a medida que avanzaban las columnas, varios comercios suspendieron la atención al público en señal de respaldo al proyecto encarado por la intervención. Algunas pancartas trataban de “traidor” al senador radical José Luis Zavalía, quien impulsó la medida cautelar que cuestionó las facultades de la intervención para llevar adelante la reforma. Antes de llegar a la Casa de Gobierno, los manifestantes hicieron algunas escalas simbólicas. Una de ellas, frente al juzgado federal de Angel Jesús Toledo, donde realizaron un escrache. Toledo fue quien tuvo en sus manos varias causas contra los Juárez y en casi todas ellas los dejó en libertad. Otro blanco de los escraches fue el domicilio de Carlos Ick, el poderoso empresario que creció a la sombra del régimen juarista.