Por David Cufré

La asignación de gastos para 2005 que dispuso el Gobierno a través del Presupuesto es “regresiva y desigual”: establece como prioridad garantizar el pago de la deuda antes que atacar los problemas de desempleo y pobreza. El ajuste se profundiza respecto de 2004 y se pierde la oportunidad de realizar transformaciones estructurales que cambien la lógica de la distribución del ingreso. Con esos fundamentos, el diputado Claudio Lozano (CTA) atacó el proyecto oficial y presentó su propia propuesta, que fue apoyada ayer en el recinto por Mario Cafiero, Alicia Castro y Silvana Giudice. Desde la visión de estos legisladores de centroizquierda, el pedido de superpoderes del Poder Ejecutivo “transforma el debate parlamentario en una mera ficción democrática”.
El principal cuestionamiento de Lozano al proyecto que obtuvo media sanción es su “carácter regresivo”, con un sobreajuste respecto de 2004. Este año, además, el superávit terminará siendo muy superior a lo previsto. El diputado calculó que el excedente fiscal de la Nación llegará a un equivalente de 4,6 puntos del PIB, contra una meta de 2,4. “Este hecho resulta absurdo y demás cuestionable cuando la mitad de la población se encuentra en situación de pobreza”, reflexionó. “El absurdo y la injusticia –agregó– se observa en que el Estado está pletórico de recursos y a la vez se inhibe de aplicar políticas que resuelvan las necesidades sociales existentes.”
La lógica se repetirá el próximo año. El ajuste fiscal se incrementa 30 por ciento “respecto del originalmente establecido para 2004”. Así lo marcan los números oficiales, pero el superávit de 2005 sería mayor porque la economía crecería bastante más que el moderado 4 por ciento que proyectó Lavagna en el Presupuesto. Lozano objetó la subestimación de ingresos, que en la práctica permiten al Ejecutivo constituir un fondo anticíclico sin pedir autorización al Congreso. Como los recursos crecerían por encima de lo pautado, el Gobierno podrá administrarlos sin debatir cuál sería su mejor destino. Así ocurrió este año y lo mismo pasará el próximo, según advirtió Lozano.
El diputado concluyó que la intención del Gobierno es ahorrar el excedente para tenerlo como reserva, por si el país afronta más adelante alguna situación que impacte en sus ingresos, como una contracción de la economía o una baja de la recaudación por otros motivos (caída del precio internacional de los productos exportables). El objetivo de Lavagna sería mantener un balance estructural a lo largo de los años. “En la coyuntura actual, con la mitad de la población bajo la línea de pobreza, con salarios y coberturas sociales retrasadas o inexistentes, el ‘fondo anticíclico’ sólo busca garantizar a los acreedores que habrá fondos para pagar la deuda”, interpretó Lozano.
El economista de la CTA afirmó que, con el ahorro de 2004, sumado al que se conseguirá en 2005 y con una restitución de los aportes patronales a los niveles vigentes hasta 1993 permitirían avanzar con medidas coyunturales para atacar la emergencia social (universalización de las asignaciones familiares, aumento del haber mínimo de 308 a 360 pesos, asignación para los mayores sin cobertura, seguro de empleo y formación de 400 pesos) y dar oxígeno para promover reformas estructurales que cambien de manera permanente la estructura de la distribución del ingreso. En primer lugar, la tributaria y la previsional.