EL PAíS
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La llegada de turistas
› Por Mario Wainfeld
El “Memorándum de entendimiento” suscripto por la Secretaría de Turismo contiene un acuerdo que llama la atención. En su artículo IV, apartado 7 se establece qué hacer cuando “un ciudadano chino permanezca ilegalmente en el país”. Se recuerda que los permisos turísticos que otorga China asus ciudadanos son por tiempo determinado. Así las cosas, si un turista chino prolonga su estadía cae en esa “ilegalidad” frente a la cual el gobierno argentino se compromete a gestionar su regreso a China. El costo del pasaje debe ser pagado por el chino querendón pero, si éste rehúsa, nuestro país lo fletará por vía aérea y luego reclamará al gobierno oriental la devolución del pasaje.
Es habitual que los países socialistas restrinjan la libertad ambulatoria de sus pobladores y eso hace a su política interna. Pero es llamativo y chocante que Argentina se comprometa a devolver como si fuera un equipaje a quien prolongue una estadía aquí. La norma está redactada de un modo burocrático y poco riguroso pero, puesta en acción, podría derivar en una casuística interesante. ¿Qué haría Argentina si el turista “ilegal” manifiesta su intención de asilarse políticamente? ¿O de migrar a este país de inmigración? La legislación local, con sentido humanista que adscribe a sus mejores tradiciones, va en pos de “legalizar” a todos los inmigrantes flojitos de papeles. ¿El memorándum en cuestión, sin duda no analizado por la Secretaría de Derechos Humanos, no va en sentido contrario? ¿Se ajusta a la Constitución nacional y a los tratados de Costa Rica que la integran? El trámite casi clandestino, sin contralor de los organismos estatales pertinentes, con los que se firmaron compromisos como el memorándum que nos ocupa tiene sus vericuetos legales y morales.
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