EL PAíS
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Los libros
Un tercio de los porteños dice leer libros al menos una vez por semana y un 13 por ciento se define como lector esporádico. Un tajante 53 por ciento jamás lee.
Entre los lectores dedicados, el género favorito es la ficción –25% lee cuentos y relatos; 23% novelas históricas; 21% otras novelas; 19% ciencia ficción; 16% poesía; 14% policiales; 14% novelas románticas y 8% teatro– y los libros de historia, con el 23 por ciento de lectores.
El 23 por ciento de los lectores también frecuenta literatura profesional, el 18 por ciento biografías, el 13 libros periodísticos, el 12 ensayos, el 11 libros de arte, el 10 por ciento técnicos. Los géneros menos populares son el de cocina –con 8%–, el de viajes –con 6%– y, sorprendentemente, los comics, con el 7 por ciento. Pese a los muchos mitos, sólo el 9 por ciento de los lectores regulares compra libros de autoayuda.
Hablando de comprar, el 71 por ciento de los lectores de la ciudad compra en librerías. Un 59 por ciento también toma prestados libros de amigos o parientes y un 32 recibe libros de regalo. Apenas el 6 por ciento fotocopia lo que lee y un pequeñísimo 3 por ciento los baja de Internet. Poca gente usa bibliotecas: el 1,5 por ciento retira o lee libros en la Nacional, un 4 utiliza las bibliotecas municipales y un 7 por ciento otras bibliotecas.
El tema bibliotecas tuvo, para los que encargaron la encuesta, particular interés. Así se supo que la mayoría de los que visitan estas instituciones lo hace porque tienen materiales de estudio que necesitan o porque son parte de la vida de su barrio y no necesitan grandes desplazamientos. Más alta es la clase social, mayor es la frecuentación de bibliotecas de algún tipo, lo que tiene su correlato en los porcentajes de estudiantes superiores en cada sector socioeconómico. La misma relación con la escolaridad se percibe al ver el fenómeno respecto de la edad, con una amplia mayoría de jóvenes entre los que usan bibliotecas, y al ver el tipo de bibliotecas que se usan, con las universitarias ganando por mucho.
Entre el público lector general, las mujeres leen más que los hombres. De ellas, el 52 por ciento se declara lectora regular y el 18 ocasional. El 41 por ciento de los hombres lee sistemáticamente, el 17 ocasionalmente, pero un 41 por ciento dice que nunca lee libros. En materia de edad, hay un fenómeno curioso y claro: la cantidad de lectores sube verticalmente, del 32 al 57 por ciento, entre los 18 y los 25 años de edad, para luego declinar levemente, pero mantenerse estable. El mismo fenómeno se percibe, al revés, entre los que dicen que jamás leen libros: a los 18 son una mayoría del 52 por ciento, a los 25 son una minoría del 26 por ciento.
Los que trabajan y estudian, leen más –48 y 49 por ciento, respectivamente–, mientras que las amas de casa sólo tienen un 42 por ciento de lectoras regulares, los desocupados un 38 y los jubilados un 44 por ciento. El nivel socioeconómico tiene una influencia mucho mayor que la situación profesional. Mientras que sólo el 35 por ciento de los encuestados de clase baja dice leer regularmente, el porcentaje sube al 54 en la clase media alta y al 63 por ciento en la alta.
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