EL PAíS
• SUBNOTA › POLEMICA EN EL CONGRESO DEL FRENTE GRANDE
Autoridades e impugnaciones
Luego de diez horas de indefinición y muchas idas y vueltas, el congreso del Frente Grande sesionó en pocos minutos para renovar las autoridades de su conducción nacional que quedó conformada por el oficialismo. En tanto, los opositores ya avisaron que piensan impugnar la elección en la Justicia electoral. Las diferencias entre ambos sectores son claras, pero ayer se materializaron luego de un complicado día en el Hotel Savoy, donde hasta último momento no se sabía si se iba a concretar la votación para elegir a los miembros de la mesa nacional del partido, quienes acompañarán en la presidencia a Aníbal Ibarra.
Según el diputado provincial bonaerense Eduardo Sigal, el resultado del congreso “es una derrota para el sector tradicional que conducía el Frente históricamente”. Es más, el legislador fue más lejos y acusó al sector del Frepaso que trabaja con el gobierno nacional. “La gente de Alberto Flamarique, Rodolfo Rodil, Darío Alessandro y Juan Pablo Cafiero trataron de vaciar el congreso e impedir que funcione”, sentenció.
El congreso que debía empezar a las nueve de la mañana terminó sesionando durante cinco minutos alrededor de las siete de la tarde. Según la carta orgánica del partido, es necesario juntar por lo menos a la mitad de los 388 congresales acreditados, unos 193. Pero hasta las seis y media sólo había 110. Entonces se propuso sesionar con una mayoría de un tercio. Como lo cuentan los opositores, de un momento a otro el salón destinado al congreso se llenó de gente que no estaba acreditada y levantaron la mano para votar a los candidatos propuestos. Algunos congresales de la oposición denunciaron que se había pedido que se cuente la cantidad de miembros a través de una votación nominal “pero se negaron a los gritos”. Los veedores tomaron nota de la negación.
La propuesta opositora era rodear a Ibarra en la mesa nacional con representantes provinciales del interior del país. “Durante todo el día estuvimos conversando con distintos presidentes del partido en las provincias porque era una buena solución acompañar la mesa nacional de 21 miembros, pero esta propuesta fue desoída”, se quejaron congresales provinciales.
En tanto, la posición oficial quedó plasmada en el documento votado. “Reiteramos la necesidad de unir a todos los que bregamos por una alternativa nacional, popular y democrática”, reza la declaración, que critica a los compañeros de partido que ahora trabajan con el presidente Eduardo Duhalde. “La actual coalición gobernante, que expresa la vieja forma de hacer política, ha fragmentado su escaso poder en poco tiempo”, expresa el comunicado. “La única salida es la convocatoria a elecciones.”
Sigal, ahora miembro de la mesa nacional, relató a Página/12 que “si bien el congreso se desarrollo con dificultades, se pudo sesionar en el segundo llamado con 144 congresales titulares. Fue un congreso para la normalización de la situación irregular del cuarto intermedio sin la mesa nacional. Por un lado quisimos fijar una línea de acción política para que el Frente Grande recupere su autonomía e identidad partidaria, y por otro, formar una unidad de sectores de centro izquierda y partidos mayoritarios para construir una alternativa progresista popular en Argentina”.
Sigal aseveró que “hubo impugnaciones de parte de poderes que, como perdían, trataron de poner palos en la rueda. Impugnaron a nuestros congresales por una operación de aquellos que quieren que el Frente siga a la cola del acuerdo de la política tradicional. La gente de Flamarique fue la más dinámica para entorpecer”.
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