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La mujer de Scilingo
“La ETA no es ni la centésima parte de lo que eran montoneros y el ERP. La incompetencia de España está clarísima”, expresó la esposa de Adolfo Scilingo, María Marcela Vallés, en un descuidado despliegue de verborragia. Además de cuestionar el proceso judicial que enfrenta su cónyuge, la mujer criticó a los organismos de derechos humanos y destacó el “apoyo” popular a la dictadura militar.
Vallés sacó a relucir uno de los peores argumentos de los represores: “Nunca se habló de las mujeres embarazadas que quedaban a propósito (para que no las torturen), porque al principio se las respetaba. ¿Cómo puede ser si en su mayoría no estaban casadas?”, agregó. La frase difícilmente ayudará a su esposo o conmoverá a los jueces que lo están juzgando.
“Lo que pasa es que en España no tienen ni idea de lo que pasó. Creen que un día, un 24 de marzo, se levantaron Massera y Videla y dijeron ‘Bueno, vamos a secuestrar gente y a matar gente’, cuando la gente lo pidió desesperadamente y salió a la calle feliz porque realmente no se podía vivir”, fue la interpretación que dio la mujer. Para Vallés el desconocimiento de los hechos en la península ibérica desautorizaría a la Justicia española a encarar el proceso contra su marido.
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