EL PAíS
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BAGUETTES
- Socialista. François Hollande es el primer secretario del Partido Socialista Francés. Ayer por la tarde se reunió en el Hotel Meurice –donde se encuentra la delegación argentina– con Néstor Kirchner. Los temas que ambos trataron fueron casi los mismos que los que el patagónico desarrolló por la mañana con el presidente Chirac. El socialista, que se erigió en alternativa política al neogaullismo en el poder tras el triunfo del socialismo en las elecciones regionales de marzo pasado, mostró su simpatía con el gobierno argentino. Hollande, incluso, se permitió un chiste. Le dijo que esperaba que él, Kirchner, le desease suerte, ya que cuando lo había hecho con José Luis Zapatero, a pesar de que nadie daba mucho por su futuro, ganó las elecciones en España. Con respecto a la tensión entre Suez y el gobierno argentino, Hollande dijo que “como francés quiero que le vaya bien a las empresas francesas, pero como socialista, reconozco que muchas veces las empresas no cumplen”.
- Re-re-elección. Luego de la reunión con Hollande, Kir- chner paseaba sonriente por el hotel donde se aloja. Mirando a los periodistas, en medio de un pasillo, dijo: “¿Saben que en Francia hay reelección indefinida? ¿Qué dirían los medios argentinos, eh?”.
- Café. Por la tarde, cuando había terminado la actividad y antes de cenar, Kirchner y su mujer, Cristina Fernández; el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zanini, aprovechando que la prensa les dio un respiro, salieron a caminar un rato, pero con destino fijo: el legendario Café de la Paix, frente a la majestuosa Opera vieja de esta ciudad (hay dos, la segunda situada en la Bastilla). Los visitantes llegaron hasta la puerta y, frustrados, cayeron en la cuenta de que no había ninguna mesa libre. Un poco decepcionados, emprendieron camino hacia otro bar, pero una llamada de Julio De Vido al Presidente le interrumpió el paseo. Kirchner volvió para sumarse a la reunión en que los directivos de la petrolera Total ratificaron sus inversiones en la Argentina.
- De plata. Por la noche, la delegación argentina estaba invitada por el embajador Juan Archibaldo Lanús a cenar. Nada tendría de particular de no ser por el sitio que escogió el diplomático: el restaurante La Tour D’Argent, uno de los diez mejores del mundo. El embajador es de un buen paladar reconocido.
- Confundido. Terminado el encuentro con Chirac, la delegación salió rumbo a los coches. El que llevaba a Kirchner lo estaba esperando frente a la puerta principal del Elíseo, sobre el piso de grava. El resto, estaba a un costado, dentro del edificio. Todos partieron hacia los vehículos, después de que partiera el de Kirchner. Todos menos el del canciller Bielsa quien, como había entrado por la puerta de ingresos generales, se dirigió hacia allí. Alberto Fernández, su compañero de auto oficial, debió esperarlo unos minutos.
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