El momento más emotivo y a la vez más duro para Aníbal Ibarra, al menos hasta el cierre de esta edición, fue la intervención de Milcíades Peña, el legislador de Confluencia que perdió a su ahijado en el incendio y otra ahijada se salvó milagrosamente. Fue el cuestionamiento más duro para el jefe de Gobierno: Peña dijo que en su gobierno existía corrupción, que había connivencia entre controladores y controlados, e involucró en esos hechos a su hermana, la senadora Vilma Ibarra. Milcíades Peña terminó su intervención con una apelación directa al jefe de Gobierno, a quien por momentos tuteó. Y finalmente se quebró. Los familiares lo aplaudieron de pie durante dos minutos.
“Yo le pregunto, señor jefe de Gobierno –dijo el legislador–, ¿qué más nos tiene que pasar para profundizar de una buena vez una investigación de los hechos y con todas las derivaciones que implique? Usted tiene aquí que asumir responsabilidades políticas y deslindar otras acerca de los sucedido. Si no hubiera habido corrupción, la tragedia no hubiera ocurrido.”
El propósito de Peña fue intentar demostrar que existe una suerte de red en el ámbito del gobierno que tendría vinculaciones e intereses con los empresarios a los que debería controlar. Concretamente, habló de reuniones, encuentros y un congreso efectuado junto con Cedeba, una cámara que agrupa a 24 boliches, en la que no figura Cromañón, pero “entre los que se destacan varios con habilitaciones irregulares y en estado de ilegalidad”. Como responsables de esos vínculos mencionó, entre otros, a Vilma Ibarra, Juan Carlos López, Fabiana Fiszbin y Marcelo Antuña.
A diferencia de la mayoría de los legisladores, que centraron sus intervenciones en interpretaciones políticas, Peña esbozó una serie de hechos y datos para fundamentar sus acusaciones.
Finalmente, y con los ojos en lágrimas, Peña miró fijamente a Ibarra: “Un Estado nunca está ausente, lo que pasa es que direcciona su accionar según los intereses que representa. Se lo pregunto de corazón, ¿usted a quién representa?”. Fue en ese momento que los familiares se levantaron y aplaudieron varios minutos.
El jefe de Gobierno le contestó que confiaba “en su honradez”: “Sé que no miente, pero se equivoca. Se está confundiendo. Y mucho”, aseguró. “Comparto la necesidad de ir al fondo. El objetivo es descubrir si aquí hubo corrupción. No la descarto ni tengo la certeza, si alguno tiene indicios o duda, yo lo acompaño a la Justicia a hacer la denuncia. No voy a defender a ningún funcionario. Le voy a pedir que vaya a la Justicia. Yo tengo vínculo con los empresarios, con las cámaras y eso no significa que pacte ni que venda.”