Según afirma Pablo Fappiano, el titular del Registro Nacional de Antecedentes de Tránsito, la seguridad vial depende de tres factores. En primer lugar, la calidad del parque automotor. A coches más viejos y en peores condiciones, más accidentes. El segundo factor es la mejora o el deterioro de la infraestructura de rutas, calles, iluminación, señalización, banquinas y todos los elementos que mejoran o empeoran la circulación de vehículos. El tercer factor decisivo son los conductores: el uso de cinturones de seguridad, la disciplina y el respeto a las normas de tránsito y, sobre todo, el papel del Estado, tanto en las campañas de difusión masivas para mejorar los comportamientos, como en el control a la hora de entregar un registro o a la hora de penalizar las infracciones. Para Fappiano, comparando 2004 con 2003, en el país mejoró el parque automotor y la infraestructura, pero no mejoró el factor personal, el de los conductores.
Silveira, de Luchemos por la Vida, da un ejemplo: “En la Capital Federal hoy existe un evidente crecimiento en el uso de cinturones de seguridad. De este lado de la General Paz se puede hablar de un 70 por ciento de uso de los cinturones. Del otro lado de la General Paz, el porcentaje de uso del cinturón de seguridad baja al 20 por ciento. Ese es un factor claro, además de que hay más rutas y más población, de por qué hay proporcionalmente muchas más muertes en el territorio bonaerense que en el porteño. Igual, también llamamos la atención sobre la Capital. Más de 250 muertos podría parecer una cifra baja, pero en el orden internacional, en las grandes ciudades está desapareciendo la mortalidad. Los semáforos, el control de velocidad y las medidas de prevención hace que se produzcan muy pocas muertes. Yo diría que en Capital debe aspirarse a unas 40 muertes por año”.
La Secretaría de Transporte y el Ministerio de Justicia convocaron a una reunión a todos los entes provinciales de tránsito y se les transmitió un proyecto de Plan Nacional de Seguridad Vial, que incluye el cumplimiento de una ley ya existente y que prácticamente ningún distrito respeta. Las provincias analizarán el texto y en los próximos meses podría haber un acuerdo federal en la materia. Las bases son las siguientes:

- Una campaña nacional de difusión de medidas y formas de prevenir accidentes.

- Control de velocidades.

- Control de consumo de alcohol y drogas.

- Campaña nacional tendiente al uso de cinturones de seguridad.

- Registro Nacional de Antecedentes de Tránsito (ver aparte).

- Mapa de riesgo, puntos negros en todo el país.

- Inclusión de la educación vial en todos los niveles de enseñanza.

- Control de la emisión de registros de conducir.

- Capacitación docente y policial.

- Revisión técnica obligatoria.

- Un plan de obras de seguridad vial.

- Optimizar la señalización.

- Establecer un sistema de atención médica de urgencia en todos los distritos –hay muchos que no lo tienen–, centralizando el sistema de traslado hacia los centros médicos.
Más allá de la polémica sobre las cifras de muertes, la coincidencia es total en un punto: la Argentina tiene un notorio retraso en la puesta en marcha de un plan de seguridad vial.