EL PAíS
• SUBNOTA › EL JUEZ BALTASAR GARZON RECORRIO LA ESMA JUNTO A SOBREVIVIENTES
“Nuestros hijos habían estado ahí”
› Por Nora Veiras
“Todos ya habíamos estado pero esta vez fue diferente, no sólo por la presencia de (Baltasar) Garzón sino por el momento: la desaparición, aun para nosotros, cobró materialidad con la aparición de los cuerpos de las madres, identificadas hace pocas semanas, que habían estado secuestradas acá y fueron trasladadas en los vuelos de la muerte.” Lila Pastoriza, detenida-desaparecida en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), fue una de las sobrevivientes que recorrió junto al juez español las instalaciones de ese centro clandestino emblemático de la represión ilegal convertido en Museo de la Memoria. Garzón había empezado la mañana con una charla de casi dos horas en la Casa Rosada con el presidente Néstor Kirchner, en la que debatieron sobre la persecución de los crímenes de lesa humanidad.
El juez español escuchó durante años los desgarradores testimonios de las víctimas del terrorismo de Estado en su despacho de la Audiencia Nacional de Madrid. Acumuló miles de fojas detallando torturas y el engranaje del genocidio para fundamentar el juicio contra los represores argentinos. La memoria de esas palabras recuperaron ayer todo su dramatismo en el lugar de los hechos. “Es increíble cómo la degradación humana puede llegar a esto”, dijo Garzón apenas terminó la recorrida con la convicción de que todo lo que se ha hecho permite pensar que “esto no volverá a suceder”. Más de una vez se había sacado los anteojos para limpiar sus lágrimas ante el relato de ex detenidos que reconocían el lugar exacto de la degradación.
La senadora Cristina Fernández de Kirchner; Rafael Michelini, el hijo del senador uruguayo asesinado en la Argentina durante la dictadura; el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde; el cónsul en Nueva York, Héctor Timerman; la secretaria de Derechos Humanos de la comuna porteña, Gabriela Alegre; el titular de la Comisión de la Memoria bonaerense, Hugo Cañón; Madres de Plaza de Mayo - Línea fundadora, hijos de desaparecidos y sobrevivientes de la Esma, acompañaron al juez español durante más de dos horas de recorrida.
A Tati Almeida, madre de Plaza de Mayo, la conmoción la envuelve. “Fue muy fuerte. Estaba el nieto de Rosa Roisinblit, que nació en cautiverio: ahí estaba el rincón donde lo habían tenido... Y estaba Miriam Lewin, que le contaba cómo con otra chica le cortaron el cordón umbilical”, cuenta y estremece. “Nuestros hijos habían estado ahí... estaban ahí”, repetía.
Cecilia De Vicenti, hija de Azucena Villaflor, y Luis Bianco, hijo de María Ponce, dos de las tres madres desaparecidas cuyos cuerpos fueron identificados hace pocos días junto al de Esther Ballestrino de Careaga, también caminaron junto a Garzón. “La ESMA debe ser lo que los argentinos quieren que sea: un punto de referencia donde se tenga una visión clara de lo que aquí ocurrió; la memoria debe ser conservada”, dijo el juez, que abrió un camino impensado cuando la justicia estaba cercenada en la Argentina.
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