Por Felipe Yapur y Eduardo Tagliaferro

En una carrera contra el tiempo el peronismo intentará hoy tener un voto favorable en Diputados para modificar la Ley de Subversión Económica. No será una tarea fácil: el radicalismo por ahora mantiene su posición de no acompañar la iniciativa oficialista y recién decidirá al mediodía si participa de la sesión que convocó Eduardo Camaño para esta tarde. Prima la posición de esperar hasta el sábado como día habilitado según el reglamento para tratar la polémica norma. El PJ intentará evitarlo y no disimula el apuro en que se encuentra. Los rumores de ayer señalaban que el lunes es un día clave para la continuidad del gobierno de Eduardo Duhalde.
“Son horas decisivas”, dijo Raúl Alfonsín antes de ingresar a una reunión de su bloque. La escueta definición no daba cuenta de una de las tantas versiones que preocupaban a los hombres del radicalismo: “Si para el lunes no está firmado el Pacto Fiscal con todas las provincias y aprobada la ley de subversión económica, el FMI, desde Washington, anunciaría la ruptura formal de las negociaciones con la Argentina”.
La apocalíptica versión se completaba con supuestas conversaciones telefónicas entre Duhalde y los gobernadores de Córdoba, Buenos Aires y Santa Fe. Indicaban que era uno de los últimos intentos del Presidente por evitar el ultimátum del Fondo.
Durante todo el día de ayer los diputados del justicialismo buscaron introducir una cuña en el ahora cerrado bloque radical. La oposición definió ya hace varios días votar su propio dictamen pero con una diferencia: esperar que se cumplan el término de siete días hábiles de la publicación del dictamen de la comisión Legislación Penal. El séptimo día para la UCR es el sábado a las cero horas. El presidente del bloque radical, Horacio Pernasetti abona esa tesis.
Esto complica sobremanera la estrategia peronista. Ayer, durante una burocrática sesión, el salteño Juan Manuel Urtubey pidió la preferencia del tratamiento de la modificación de la ley 20.840 (subversión económica) para la próxima sesión. Esto es hoy, según lo anunció el propio Camaño que convocó para las once la reunión de labor parlamentaria. A la hora de votar, el radicalismo no levantó la mano pero tampoco se levantó para evitar que se apruebe la preferencia.
El interbloque ARI no estuvo presente. Sólo se sentó en su banca el tucumano José Vitar, quien en nombre de la bancada, expresó el rechazo a la iniciativa y la razón de la ausencia de sus colegas: “Lo que busca el PJ es un atajo que evite el reglamento y así habilitar este bochorno jurídico político que violenta la soberanía jurídica fruto de la coacción del FMI a cambio de una ayuda crediticia”, dijo. Y se fue.
También se retiraron del recinto los representantes de Autoderminación y Libertad, Luis Zamora y José Roselli y de Izquierda Unida, Patricia Walsh. En ambos casos en rechazo a la maniobra justicialista.
Si bien en el bloque radical la versión oficial es que el grupo está cohesionado detrás de la posición de votar su propio proyecto, anoche, durante la sesión, los diputados Margarita Stolbizer y Noel Bread no dejaron banca radical sin visitar. La intención del dúo era reforzar la posición adoptada días atrás. La duda está en los representantes del alfonsinismo a quienes ven como más proclives a sumarse a la huestes del oficialismo, fudamentalmente por el temor del escenario político que Alfonsín se encargó ayer de describir a los suyos.
Los propios justicialistas se encargaban de fomentar las versiones. A la par de la reunión de gabinete realizada a primera hora de la mañana, Duhalde se encontró con Juan Carlos Maqueda, José Luis Gioja, Camaño y Humberto Roggero. Allí el presidente les habría manifestado su enojo con sus socios radicales por las demoras en la aprobación de la Ley deSubversión Económica. A esa reunión le siguieron otras y la Rosada era un constante ir y venir de legisladores. “No sabemos si llegamos a la tarde”, fue la confesión que en confianza le entregó un diputado peronista a un colega suyo de la Cámara alta. Era el comienzo del día. Lo mejor estaba por venir.