El ministro del Interior, Aníbal Fernández, llegó anoche a Corrientes en el rol de portador del saludo del presidente Néstor Kirchner, en una elección que –en alguna medida– en la Casa Rosada se vivió como el preámbulo de la elección nacional del domingo 23. En su análisis, Fernández destacó la experiencia correntina –una alianza de radicales con peronistas– como cercana a la original transversalidad. “Acá no importa el partido, lo que importa es Corrientes”, explicó.
Aníbal Fernández justificó la decisión del Presidente de apoyar fuertemente a esta alianza. “No tenemos que discutir un escenario, tenemos que discutir un objetivo”, sostuvo. Y que ese objetivo tenía que ver con el bienestar de los correntinos.
En la Rosada tomaron la elección de ayer como un primer test en la pulseada con el duhaldismo de cara a las elecciones que se desarrollarán dentro de tres semanas. En ese sentido, el aperitivo no podría haber estado mejor servido. Los candidatos oficialistas no sólo se impusieron, como se preveía, a nivel provincial, sino que también se quedaron con la estratégica intendencia de la capital provincial.
Nunca estuvo en el ánimo presidencial, como se especuló ayer en la provincia, la posibilidad de viajar a Corrientes para participar de los festejos. Una vez que Carlos Rubin aceptó su derrota, el Presidente se comunicó con Colombi y le dejó su felicitación.
El Presidente estuvo en Corrientes el lunes pasado para darles su respaldo a los candidatos del Frente de Todos. “Considero que hay que consolidar la estabilidad y la gobernabilidad en Corrientes”, reflexionó entonces.