EL PAíS
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Un experto en el área de la seguridad
› Por R. K.
La versión de que Edgardo Petrocchi fue hombre de la SIDE partió el propio lunes de algunos de sus vecinos. Sin embargo, recién anoche, un vocero del máximo nivel de la Bonaerense contó que el homicida, a través de su abogado, lo reveló puertas adentro de Tribunales.
Los elementos que apuntaban a que Petrocchi tuviera origen en una fuerza de seguridad eran dos:
- Casi todo el personal jerárquico de las empresas de seguridad se inició en alguna de las policías, la Gendarmería, la Prefectura o fuerzas armadas o de inteligencia.
- El segundo dato que habla de un pasado en una fuerza de seguridad o inteligencia es la forma en la que se manejó en el momento del crimen. Los testigos dicen que pareció un profesional que se manejó con “experiencia, dominio y pericia”. Uno de los que participó ayer de la ronda de reconocimientos le dijo a Página/12: “Tiene el aspecto de un profesional y en el momento de matar, mató como si fuera un miembro de la mafia.”
Determinar si una persona integró o no la central de espías no es judicialmente sencillo. Durante todo el período en que alguien trabaja en la SIDE no utiliza su verdadero nombre: ni el recibo de sueldos es expedido a su verdadera identidad y tiene prohibido incluso sacar tarjetas de crédito o cualquier otro instrumento que dé indicios sobre su real nombre. En todo momento y para todo se utiliza una identidad falsa, de cobertura. Desde el punto de vista judicial, sólo con una autorización del Presidente, se levanta el secreto sobre las identidades.
A última hora de anoche la duda que rondaba en el Ministerio de Seguridad bonaerense es si Petrocchi dice la verdad o miente respecto de su pertenencia a la SIDE. Pero no porque no tuviera relación con una fuerza de inteligencia, sino porque había algún dato que lo señalaba vinculado al Servicio de Inteligencia de la Marina. Justamente, los altos mandos de la empresa en la que trabajaba hasta el domingo pasado, Watchman, son ex marinos.
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