No se esperaban mayores sorpresas y no las hubo. La renovación de un tercio del Senado aparecía como previsible. Esto a pesar de que el principal interés de la elección se lo llevaba la pelea entre Cristina Fernández de Kirchner e Hilda “Chiche” Duhalde, las dos futuras senadoras por Buenos Aires. De las ocho provincias en las que se renovó la representación en la Cámara alta, siete de ellas mostraron el triunfo del kirchnerismo. En la única en la que el Frente para la Victoria no logró imponerse, el resultado tampoco fue inesperado. Los Rodríguez Saá, como de costumbre, se alzaron en San Luis con más del 50 por ciento de los votos.
Antes de los comicios, el Senado era el escenario más cómodo para el kirchnerismo. Desde el 10 de diciembre su predominio será mayor aún. En Jujuy, el Frente de la Victoria con las candidaturas del actual senador Guillermo Jenefes y de Liliana Fellner le arrebató una banca al radicalismo. Lejos de la performance del 2001, los radicales se contentaron con renovar el mandato de Gerardo Morales. En La Rioja, con el 40 por ciento de los votos escrutados, el Frente para la Victoria del gobernador Angel Maza se imponía con el 51,4 por ciento de los votos. En su tierra, Carlos Menem se convertía en senador por la minoría con el 40,2 por ciento. Los Rodríguez Saá suman dos senadores. Uno de ellos es El Adolfo, como se lo conoce al ex presidente. Por la minoría ingresa el ex intendente de la capital puntana, el kirchnerista Daniel Pérsico. Aquí los radicales pierden una banca, la de Jorge Agúndez.
En Misiones el kirchnerismo se alza con los tres senadores. Dos por la mayoría del Frente Renovador de la Concordia, que impulsa Carlos Rovira, y uno por el Frente Justicialista para la Victoria, donde el kirchnerista Luis Viana le había ganado la interna al ex menemista Ramón Puerta. En Santa Cruz todo siguió igual. El kirchnerismo, con la candidatura de Alicia Kirchner se acercó al 58 por ciento de los votos. Los radicales convirtieron en senador a Alfredo Martínez. Formosa y San Juan eran dos triunfos esperados. Tan previsible como el de Cristina Kirchner en Buenos Aires.