Tiene un apellido con historia en Córdoba, pero llegó a ser diputada nacional por un pedido del Presidente. Esta mujer, que se considera parte de la nueva dirigencia argentina, no paró de sonreír el domingo y defendió el resultado final como una gran victoria de De la Sota y Kirchner. Junto a Página/12, Patricia Vaca Narvaja repasó su experiencia de volver a los pagos.
–¿Cómo analiza la elección que su partido hizo el domingo?
–Bien, con una gran alegría por el nivel de acompañamiento que conseguimos de los cordobeses y por la adhesión que alcanzó la propuesta del presidente Kirchner. Lo mismo por el trabajo realizado por muchos intendentes del interior. Me parece que el domingo hubo un reconocimiento a esos intendentes, al gobernador De la Sota y por supuesto al gobierno nacional. Nuestra lista es la que claramente se ha identificado con lo que viene haciendo Kirchner. El objetivo ahora será aportar desde Córdoba con iniciativas y propuestas para construir con el resto de las provincias un país diferente. Entiendo que no hay destino posible ni individual, ni sectorial, ni provincial si no hay un destino común de toda la Argentina.
–¿Le pareció buena elección sacar cuatro diputados cuando esperaban cinco?
–Lo que pasa es que hubo campañas planteando la poca necesidad de que la gente vaya a votar, de que estas elecciones legislativas no le interesaban a nadie, y lo cierto fue que la mayoría de los ciudadanos acompañó el escrutinio. Por supuesto que si hubiéramos sido cinco diputados, mejor. Más allá de eso, el porcentaje alcanzado en toda la provincia fue muy fuerte.
–¿Qué cosas notó cuando hizo campaña, ya que hace mucho que no vive en Córdoba?
–Percibí que la sociedad nos acompaña y que hay un mandato para generar un recambio político-dirigencial. Y esto requiere que cada uno de nosotros sea mejor legislador, mejor dirigente, mejor militante. También noté una avidez en la militancia de Córdoba por construir la política de otra manera. Pienso que los votos han hablado, es más, me sentí espectacular con la gente, recibí un gran cariño. En todos los pueblos y lugares que visité siempre había alguien que conocía a mi papá, a mis hermanos, comprobé que es un apellido fuerte, y eso me dio una alegría y una emoción bárbara. Siento que los cordobeses me han acompañado y acompañaron a Unión por Córdoba y al Presidente fuertemente.
–¿Cuánto cree que tuvo que ver Kirchner en el resultado?
–Tuvo una importancia muy fuerte, muy fuerte. También la impronta del gobernador por sus obras, seguro, pero la decisión de trabajar en conjunto fue determinante para sacar los números que sacamos.
–¿Cómo sigue su carrera política?
–Como una diputada hecha y derecha, dedicándome a full para ser la mejor, como traté de hacerlo en la secretaría, pero con la ventaja de conocer la organización social, las necesidades de la gente. Con la experiencia que traigo de la función pública, vamos a tratar de aportar eso en las discusiones, normas y proyectos del Congreso. Un legislador es también un diligenciador, un gestor de los cordobeses. Y como yo conozco a casi todos en el gobierno nacional, voy a estar firmemente en esa tarea para Córdoba.
–¿Se imagina en algún puesto ejecutivo de la política cordobesa, o siempre en Buenos Aires?
–Ahora tengo mi cabeza puesta en mi función de diputada. Toda la energía está puesta ahí y en uno de los temas que considero central en la Argentina, como es la defensa de la competencia. Hay que dejar atrás a la vieja política, a los viejos dirigentes a quienes la sociedad les dijo no va más y construir con una camada nueva, una nueva forma de hacer política. En esa tarea me van a encontrar fuertemente trabajando.
–¿Cree que Kirchner obtuvo en fin siete diputados?
–Yo estoy segura de los cuatro, de los otros tres para nada.
–¿El peronismo va a seguir gobernando por mucho tiempo en Córdoba?
–Pienso que sí, pero va a depender de nosotros, de la capacidad de dar respuesta y construir políticamente con todos los sectores sociales.