“Fue un hecho de guerra”, respondió el represor Antonio Pernías cuando el juez Sergio Torres le tomó declaración indagatoria por el asesinato del escritor Rodolfo Walsh. El marino reconoció así el crimen cometido por miembros de la Marina, el Ejército y fuerzas de seguridad el 25 de marzo de 1977. El resto de los acusados interrogados en el juzgado se negó a declarar y, según se informó en Tribunales, aún falta ubicar a un par de policías. Uno de ellos, Roberto Oscar González, presentó un escrito por “falta de acción por prescripción” y “cosa juzgada”, con el que pretendía dejar sin efecto su orden de arresto. Su defensor, Gonzalo Torres de Tolosa –que figura en un pedido de detención realizado ayer por el fiscal–, explicó que su cliente “no está en su casa debido a que está trabajando desde hace unos días en el interior del país”. González está prófugo, pero Torres de Tolosa aseguró que “se presentará cuando lo citen... cuando estén resueltas las excepciones, como corresponde en cualquier país civilizado”. El juez ordenó el martes la captura de 16 represores –más otros dos que están muertos– por el asesinato y la desaparición del autor de Operación Masacre, que fue acribillado cerca de San Juan y Entre Ríos y llevado a la ESMA. González ya admitió su participación en el hecho al declarar en el Juicio por la Verdad. Ante los jueces de la Cámara Federal aseguró que estuvo en el “operativo de contención” del intento de secuestro, del que, dijo, “participaron entre ocho y catorce personas”.