Lo hace todas las mañanas y la rutina es casi una manía. Pero ayer no era un día como cualquiera. En la víspera había anunciado la decisión más arriesgada de su gobierno. Por eso, Néstor Kirchner se sumergió en la lectura de los resúmenes informativos con mucha ansiedad. Y el resultado lo dejó satisfecho. Lo entusiasmó la declaración de la vicepresidenta de España, María Teresa Fernández de la Vega. “Es algo que nos beneficia a todos. A Argentina, pero también a España”, dijo la socialista, quien también elogió al gobierno de Kirchner por “el crecimiento y saneamiento de sus cuentas públicas”. Luego de ver cómo venían las noticias, el Presidente analizó el tema con algunos ministros. Les pidió que coordinen con los jefes de bloques para que el miércoles el Congreso ratifique el decreto 1599/05, publicado en el Boletín Oficial, que dispone el uso de parte de las reservas del Banco Central para pagarle al Fondo.
El clima en la Rosada era de cierta normalidad, aunque bastaba hablar con un funcionario para percibir la sensación de estar viviendo un momento trascendente. “Fue un día histórico”, insistía un ministro ante Página/12. Era el mismo latiguillo que todo el Gobierno había usado el día anterior. El entusiasmo no parecía haberse moderado con la caída de la Bolsa y la suba del dólar. En lo que fue analizado como una señal de incertidumbre de “los mercados”, la moneda estadounidense subió hasta 3,07 por ciento. “Es natural y no nos molesta un dólar a 3 o 3,10”, aseguró el ministro, que tiene despacho en el 1º piso de Balcarce 50.
En lo económico, el Gobierno se mostraba tranquilo ante el descenso en el nivel de las reservas del Banco Central. “La base monetaria está a salvo. Y el Presidente tiene varias alternativas para seguir garantizando las reservas. Vamos a seguir con disciplina fiscal, monetaria, y un dólar competitivo. Así acumularemos de nuevo”, anticipó el ministro. Aunque no quiso dar detalles de esas “alternativas”, una de las posibilidades es que Venezuela compre más bonos de la deuda argentina. Otra alternativa que Kirchner ya aprobó es salir a vender títulos en el exterior, algo que conversó el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, con el economista Guillermo de la Deheza, vicepresidente de Goldman Sachs.
En diálogo con una radio argentina, el propio De la Deheza elogió la decisión de pagar por adelantado toda la deuda con el FMI. “Yo les dije que sería bueno hacerlo y además, aún mejor, al mismo tiempo que Brasil”, dijo. De la Deheza y el asesor económico de José Luis Rodríguez Zapatero, Miguel Sebastián, fueron los interlocutores del jefe de Gabinete y la ministra de Economía, Felisa Miceli, en su reciente viaje a Madrid. La opinión de De la Deheza fue importante para que Kirchner decidiera avanzar con su proyecto de “desendeudamiento”. Sin embargo, el elemento decisivo fue la buena acogida que tuvo el mismo anuncio hecho por Brasil. “Ahora vamos nosotros”, fue lo que dijo el Presidente, según uno de sus ministros. Kirchner tenía todo preparado. Había adelantado su idea de pagar por anticipado con Chávez en su viaje relámpago a Puerto Ordaz y con Lula en las cumbres de Puerto Iguazú y Montevideo. La iniciativa venía madurando a medida que descubría que el Fondo no aceptaría un nuevo acuerdo sin imponer sus condiciones: privatización de la banca pública, aumento de tarifas e inclusión de los bonistas que quedaron afuera del canje de deuda. “Las cosas se fueron dando. Brasil es un paraguas muy grande y lo que hizo Lula nos ayudó a tomar la decisión”, contó a Página/12 el ministro que, como todos sus pares, está contento.