Después de su última reunión del año, entre copas, los jueces supremos entraron en el terreno de los chismes. Entre varios de ellos cotejaron información: desde el Gobierno recibieron mensajes cruzados que sugieren que la intención oficial es mantener la Corte con nueve miembros pero no tienen ni idea a quién pueden designar. Las vacantes por cubrir son la de Augusto Belluscio, que renunció en septiembre, y la de Antonio Boggiano, que fue destituido, aunque esta última medida no está firme. La acotación compartida por Sus Señorías fue: “Después del papelón del dictamen para reformar el Consejo de la Magistratura (que impulsó Cristina Kirchner), van a tener que encontrar candidatos perfectos, irrefutables, algo complicado”. El proyecto para achicar el organismo que elige y sanciona a los jueces agrada a varios de los miembros de la Corte en cuanto a su espíritu –creen que una reforma del organismo es necesaria–, pero desde el punto de vista jurídico algunos lo consideran cuestionable.