El ex jefe del Ejército durante la dictadura Cristino Nicolaides seguirá preso. Así lo decidió la Sala I de la Cámara Criminal Federal porteña, que planteó que deberá seguir detenido por la causa en la que se lo investiga por su participación en el Plan Cóndor, que coordinó la represión de las dictaduras del Cono Sur para perseguir y eliminar a disidentes políticos. La Cámara consideró que, en caso de ser condenado, Nicolaides tendrá una condena que superará “holgadamente” los ocho años de prisión, por lo que podría eludir la justicia o entorpecer la investigación en caso de ser excarcelado.
La Cámara consideró, además, que Nicolaides “formó parte de una sociedad criminal internacional”. Con esta decisión, confirmó un fallo dictado por el juez federal Guillermo Montenegro en esta causa, en la que el ex jefe del Ejército está procesado por los delitos de asociación ilícita y privación ilegal de la libertad en siete casos, que ocurrieron en distintas provincias del litoral argentino y en Paraguay, en la época en que Nicolaides era comandante de la VII Brigada de Infantería de Corrientes. Además de Nicolaides, están procesados con prisión preventiva el dictador Jorge Rafael Videla y el ex gobernador de Tucumán Antonio Domingo Bussi.
Nicolaides tiene 80 años y se encuentra bajo arresto domiciliario, procesado en varias causas. Fue jefe del Ejército entre diciembre de 1981 a julio de 1982. Antes fue jefe del III Cuerpo del Ejército, jefe de la subzona II (que abarca Misiones, Chaco, Formosa y una parte de Corrientes) y, entre abril de 1976 y enero de 1978, estuvo a cargo de la VII Brigada. En abril de este año, en un intento por defenderse, había dicho que cuando estuvo a cargo de la Brigada “de ninguna manera avaló o participó en actos ilegales” y que todas las acciones militares se hicieron “utilizando procedimientos legalmente vigentes”.
La Corte Suprema de Justicia había denegado este año otro pedido de excarcelación presentado por Nicolaides, en la causa por “sustracción, retención y ocultamiento de menores nacidos en cautiverio”. El represor deberá esperar en la cárcel su juicio oral.