El régimen de envío de cartas a partir de hoy a 150 mil contribuyentes con ingresos superiores a los 80 mil pesos anuales para que blanqueen a su personal doméstico cumple no sólo un fin recaudatorio sino social, porque representa el aporte jubilatorio y la obra social a miles de personas que actualmente trabajan “en negro”. “Lo más interesante de esta modalidad es que cumple un fin social muy alto, ya que asume la responsabilidad social que muchos declaman y pocos aplican”, afirmó el director general de Recursos de la Seguridad Social de la Afip, Guillermo Farías. El funcionario dijo que el blanqueo del personal doméstico les cuesta a los empleadores una cifra “que consideramos módica, de alrededor de 55 pesos, que comprende la jubilación y la obra social”. Esta campaña, denominada de “inducción”, obliga a los contribuyentes de altos ingresos a adherirse a un régimen que les permite blanquear a sus trabajadores domésticos. Al consultársele cómo la AFIP dedujo que eran 150 mil los empleadores de altos ingresos, explicó que se seleccionó esa cifra a través de cruces informáticos a personas con altos sueldos declarados en el impuesto a las Ganancias.