EL PAíS
• SUBNOTA
Los posibles aliados opinan sobre la conformación de un frente
› Por M. J.
RUBEN GIUSTINIANI (PS).
“Hay que conversar mucho”
–Después de la experiencia santafesina con el Frente Progresista, cada vez que desde la UCR se realiza una propuesta frentista aparece el socialismo como un aliado potencial. ¿Esto se puede leer así?
–La experiencia santafesina no se puede transpolar mecánicamente a lo nacional. Como tampoco se pueden transpolar las experiencias chilena o uruguaya. El socialismo está dispuesto a abrir la puerta a todos los sectores de cara a una discusión de carácter programático, hay que conversar mucho para construir un frente amplio de centroizquierda.
–Esta vez la propuesta tomó como ejemplo la Concertación chilena, por la amplitud política de su conformación y un programa común que lleva adelante hace años desde el gobierno.
–Son distintas realidades. En Chile, la Concertación tiene dos grandes patas que son la Democracia Cristiana y el Partido Socialista; en el Frente Amplio uruguayo hay un conjunto de fuerzas de izquierda más repartido y una construcción de 30 años. Esta situación no existe hoy en la Argentina, pero hay muchas fuerzas políticas en Cámara de Diputados, como el ARI, la UCR, representantes de CTA, con los que coincidimos en algunos aspectos puntuales. Nuestra propuesta es frentista.
–¿Descartan entonces repetir la experiencia santafesina en otros lugares del país?
–Es cierto que la experiencia del Frente Progresista ha sido exitoso en Santa Fe. Allí el PS tiene una fuerza que todavía no tiene a nivel nacional en relación con otros partidos. Por eso estamos dispuestos a conversar con todos, sin que necesariamente repitamos el formato santafesino, siempre con la misma clave: la propuesta programática.
–¿Insistirán en esta conformación?
–Estamos dispuestos en el 2006 a realizar acciones conjuntas en el Parlamento y en el plano de lo político partidario, así como articular actividades con el Grupo de Rosario. Tenemos vocación frentista y hay que poner mucho énfasis en dos aspectos: lo programático y lo metodológico a través de la participación conjunta, y no de ir a la cola de nadie.
–¿De la actividad parlamentaria conjunta surgirán los aliados?
–Las coincidencias surgirán de aspectos programáticos clave como la igualdad de oportunidades y la redistribución del ingreso, que son temas pendientes, no con la urgencia de ganarle una elección a alguien.
–¿En esta política influirá la relación del PS con el gobierno nacional?
–Queremos que exista una fuerza alternativa y progresista de centroizquierda sobre esta agenda pendiente, en la que confluyan distintos sectores políticos y sociales.
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EDUARDO MACALUSE (ARI).
“Generar un movimiento”
–La UCR lanzó otra propuesta frentista y siempre se especula con que el ARI se vuelque a una construcción política de estas características.
–No es bueno conformar una coalición contra una persona o grupo político. La responsabilidad de lo que sucede en la Argentina no es sólo responsabilidad de (Néstor) Kirchner sino de un sistema político que convalidó el saqueo durante años. Nosotros no vamos a conformar coaliciones con ningún partido que haya participado de ese sistema político, como la UCR u otros. Creemos que al kirchnerismo no se lo supera juntando dirigentes de distintos partidos sino promoviendo cambios culturales en la sociedad. Una sociedad que tolera cierta cultura política de la que termina siendo víctima.
–¿Cómo se resuelve entonces esta contradicción que usted plantea?
–Es una disputa cultural, pero también es necesario generar un movimiento de carácter nacional y no un frente electoral. Se trata de una construcción a mediano plazo, de mucho tiempo y mucha paciencia.
–Pero también hay disputas parciales. ¿Van a renegar de ellas?
–Para disputar estas luchas parciales disputamos electoralmente. Pero necesitamos construir un movimiento conformado por vastos sectores sociales no sólo con un objetivo sino con prácticas comunes. Es un proceso a medio y largo plazo y para lograrlo, el camino determina las metas.
–Suena muy lejano.
–El período es complejo y lábil, no podemos adivinar si es largo ni corto, hay que dar batalla. El sistema político esta asentado sobre pies de barro, se va modificando de acuerdo con coyunturas y la conveniencia de propuestas y programas para ganar una elección, pero no para modificar la realidad. Construyen con las encuestas de la última semana.
–Pero seguramente una parte importante del electorado que los votó pretende que ustedes produzcan cambios ahora.
–La sociedad nos da con su voto una docena de diputados, pero nos pide que tomemos decisiones y exige que actuemos como si tuviéramos 200. Tiene expectativas en lo que podamos hacer, pero termina apoyando otros proyectos y seguramente todavía ve debilidades en el ARI.
–Parece como un reproche a la sociedad.
–Nos incluimos en la sociedad, no hablamos como jueces. A veces la sociedad reclama cosas que implican cambios que le son incómodos y molestos. Si la economía está estable, buena parte tolera gobernantes corruptos, pero a la vez le molesta profundamente.
–¿Cuál es el papel del ARI en esta etapa?
–Participar con propuestas parlamentarias alternativas. Ejercer con fuerza el papel de control en el que la sociedad nos puso.
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