EL PAíS • SUBNOTA
Luis Guineo es flaco y tiene el pelo largo, canoso, lo que le da la estampa de un rockero a punto de jubilarse. Lleva 19 años trabajando en la empresa Bolland, que explota la batería Las Heras 3, donde se extrae la mayor cantidad de crudo de la zona. Es uno de los miembros del cuerpo de delegados. Ayer le tocó anunciar el acuerdo con el Gobierno y las empresas. En unas semanas, su tarea continuará en Buenos Aires. Allí se reunirá con otros gremialistas del petróleo, algunos de Salta y Neuquén, para coordinar acciones futuras.
–¿Por qué decidieron levantar la protesta?
–Esto es una gran victoria porque fuimos por afuera de todo. Se hizo una asamblea y el sindicato no nos acompañó. Es algo importante porque la gente confió en nosotros. Hoy me puedo sentar frente a mi hijo y decirle que aunque no ganamos todo lo que queríamos puedo caminar por las calles de mi pueblo tranquilo, con la frente en alto. Se logró el reencuadramiento de los que estaban en la Uocra.
–¿Por qué no los acompañó el sindicato?
–No quiero entrar en la interna en este momento, porque si tengo que hablar va a ser muy fuerte. Me gustaría que se lo preguntes a ellos.
–¿Cuál es su salario?
–Estoy en 2600 pesos más o menos. No son sueldos elevados, porque acá todo es caro. Un tarro de leche Nido estás pagando 18 pesos, un kilo de carne 20 pesos, un alquiler de una pieza, cocina y baño está en mil pesos. Y además pasamos ocho meses encerrados en las casas. Verano tenemos muy poco. Estamos lejos de todo. Vos vas a trabajar y no sabés si vas a volver muerto. Yo en perforaciones casi perdí los dedos. Es un laburo muy riesgoso, hay mucha agua, tenés que estar muy bien parado, tener mucha fuerza. Es de noche, doce horas.
Luis Tibiletti es secretario de Seguridad Interior y está en Las Heras para encabezar en el terreno la actuación de la Gendarmería. Pocos saben que Tibiletti es también licenciado en Relaciones Laborales, lo que le daría una idoneidad especial para entender un conflicto gremial tan duro como el de los petroleros de Las Heras.
–¿Las empresas le pidieron que no aceptarán a los trabajadores que sean acusados y procesados ante la Justicia?
–Acá hay dos cuestiones a diferenciar. Lo que tenga que ver con los procesos judiciales y la investigación en marcha, la instrucción judicial vinculada a la comisión de delitos. Delito de amenazas o de homicidio. Segundo tema, las relaciones laborales en la industria petrolera. No se han caracterizado por la falta de conflicto. Ni en Tartagal ni en Chubut ni en Neuquén ni en ningún punto del país. Tienen conflictos porque el lugar, el clima, el modo, el tipo de trabajo genera relaciones laborales difíciles. Yo no estoy diciendo que aquí haya que echar o no echar a nadie. Estoy diciendo que existen los mecanismos propios del sistema de relaciones laborales para que las empresas puedan actuar, en consonancia con los sindicatos y el ministerio de Trabajo. Vamos a ver qué medidas se adoptan con la gente que no tenga que volver a trabajar.
–¿Repsol busca saturar la zona de Gendarmería como denuncian los delegados?
–No, en absoluto. Primero esto no es una reunión con Repsol. Se hizo acá (en un hotel que la empresa española tiene en Las Heras), porque Repsol es la que tiene que iniciar el proceso de producción para que todas las demás, las empresas chiquitas, puedan trabajar. Se hizo la reunión acá pero no vinimos a trabajar para Repsol. Vinimos a trabajar para el restablecimiento de la producción y del clima normal de este pueblo.
–Las empresas plantearon la posibilidad de impedir el acceso a los trabajadores que hayan intervenido en el conflicto y estén procesados.
–Desconozco porque no me compete a mí. Es un problema de las empresas, los gremios y el Ministerio de Trabajo.
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