EL PAíS • SUBNOTA › EVALUACION DEL GOBIERNO SOBRE LA REFORMA DE LA MAGISTRATURA
Las holgadas votaciones a la reforma del Consejo de la Magistratura en Senadores y Diputados abren al Ejecutivo un escenario favorable para la aprobación de leyes complejas. La ingeniería ejecutada en la Cámara baja, donde el oficialismo no tiene mayoría, abona esta sensación.
› Por Sergio Moreno
“Por primera vez, quedó cristalizada institucionalmente la fuerza del Gobierno”, dijo uno de sus integrantes más destacados a Página/12, al evaluar la aprobación de la reforma al Consejo de la Magistratura y al Jury de enjuiciamiento. El miembro del gabinete se refería a la performance que el oficialismo había desarrollado en el Parlamento. “En el Senado fue muy fácil, y en Diputados, donde mucha gente apostó a no conseguir la mayoría, la sobrepasamos holgadamente. Esto es la cristalización de la voluntad popular expresada en las elecciones pasadas”, abundó, ufana, la fuente consultada.
El presidente Néstor Kirchner reunió a sus principales centuriones parlamentarios el viernes a la mañana, para compartir con ellos el momento de la promulgación en tiempo record de la ley de marras. Además del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, y el ministro de Justicia, Alberto Iribarne, se sentaron a la mesa presidencial el presidente provisional del Senado, José Pampuro, el jefe de bloque de senadores, Miguel Angel Pichetto, el titular de la Cámara baja, Alberto Balestrini, y el presidente de la bancada oficialista, Agustín Rossi. Faltó el demiurgo de la ley, Cristina Fernández de Kirchner, quien acababa de llegar de unas vacaciones.
En un despacho contiguo esperaba a Alberto Fernández otro de los premiados, el titular del bloque Peronista Federal, José María Díaz Bancalari, a quien Kirchner recibirá mañana. El Presidente ingresó al antedespacho luego de participar de un acto en el Salón Blanco, saludó con cordialidad a los presentes y convocó al diputado para el lunes.
–Vengo como presidente del Partido Justicialista bonaerense –chicaneó Díaz Bancalari.
–¿Eso existe todavía? –respondió sonriente Kirchner, mientras daba la vuelta en dirección a su oficina.
El ánimo que campeaba el viernes en la Casa Rosada era distendido y flotaba una cierta satisfacción. Senadores y diputados desfilaban por el despacho presidencial con la sonrisa de haber hecho bien los deberes en la primera tenida brava a la que debieron someterse, especialmente los diputados.
“La oposición demostró, una vez más, una falta de interés por las cuestiones de fondo. Se desgañitó hablando del avasallamiento del Poder Judicial por parte del Ejecutivo y eso no existe. Ellos mismos criticaban ferozmente el funcionamiento y composición del Consejo de la Magistratura que inventaron en el Pacto de Olivos (Carlos) Menem y (Raúl) Alfonsín, y ahora que tenían la oportunidad atacaron al Gobierno porque es lo único que saben hacer. La gente no los entiende”, acometió un destacado integrante del staff presidencial.
Otro de sus pares reflexionó sobre la centralidad del Gobierno. “Cuando no estamos en el escenario, cuando Kirchner no está, no hay nada. La oposición espera por nuestros movimientos para reaccionar, no proponen nada”, dijo duramente.
La presencia de Díaz Bancalari en la Casa Rosada respondía a las gestiones que realizó intramuros de su bloque para realizar esta faena. El diputado, que siempre mantuvo una cordial relación con Kirchner, sostiene que su bloque necesita mantener independencia respecto de la bancada oficialista, pero que ni él ni el PJ bonaerense van a hacerle oposición a un presidente peronista. Así, la relación con Hilda “Chiche” Duhalde se ha deteriorado: la senadora, partidaria de no votar nada de lo que provenga del Ejecutivo, no participa de las reuniones partidarias ni de la de legisladores.
Díaz Bancalari tributó a que 18 de sus conducidos votaran a favor de la reforma, impulsado por el deseo de varios diputados duhaldistas de mostrarse propensos a sostener las políticas oficiales. El propio Presidente ayudó en esta empresa al abrazarse con un ex halcón duhaldista, el ex jefe de Gabinete de la presidencia de Eduardo Duhalde, Alfredo Atanasof.
“Ese saludo fue uno en medio de veinte que hizo el Presidente en ese acto. Atanasof supo utilizar bien esa foto. Si usted me pregunta si me gusta, le digo que no, que no nos gusta, pero eso ayudó bastante a conseguir los votos necesarios para aprobar esta reforma”, justificaba un destacado integrante del gabinete nacional.
–¿No se paga un costo alto por un par de votos? –preguntó Página/12.
–No lo nombramos en ningún cargo, no lo propusimos para algún lugar destacado en la cámara, sigue siendo un diputado raso, no fue premiado. Sólo fue la foto. Y su voto vale tanto como el de (Elisa) Carrió o (Mauricio) Macri –respondió la fuente.
Hay, en el oficialismo, quien sostiene que el costo ha sido alto, pero pasado el jueves, día de la votación en Diputados, las opiniones al respecto se han morigerado a la luz de la cantidad de votos obtenidos en el recinto. Una mirada pragmática muy cara al peronismo.
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