La Secretaría de Política Ambiental (SPA) del gobierno bonaerense clausuró de manera preventiva la papelera Celulosa Baradero, en la provincia de Buenos Aires, al detectar “irregularidades en los procesos que utilizaba la planta para evitar la contaminación”. Está ubicada a unos 140 kilómetros de la Capital. Algunos vecinos dicen que en la zona “hay olor a podrido”.

Tras la inspección de la SPA, “se comprobó que el predio no contaba con un sector de uso exclusivo para almacenamiento de residuos especiales”, denominados también peligrosos. “Además tampoco exhibieron (los responsables de la empresa) documentación que demuestre una gestión correcta de los residuos industriales generados”, explicaron.

La planta de Celulosa Baradero SA está construida sobre la desembocadura del río Arrecifes, a unos 50 metros de la desembocadura principal que da al río Baradero. A uno de los costados se encuentra un balneario, donde, cuentan los vecinos, “hay olor a podrido, y la pesca desapareció”.

En la inspección “se constató la presencia de un tanque aéreo con capacidad de 50 metros cúbicos, emplazado sobre suelo natural, sin impermeabilización y sin identificación, que contenía fuel oil en su interior y lo volcaba provocando derrames sobre el perímetro”, detalló la Secretaría.

Un vecino de Baradero, quien prefirió mantenerse en al anonimato, dijo que haciendo pozos en su terreno encontró “el agua de las napas con aceite”. “Los animales no quieren tomarla porque está contaminada, hay olor a podrido, parece una cloaca”, se quejó.

Desde la SPA dijeron que “la empresa podrá obtener el levantamiento de la clausura cuando consideremos que su forma de producir no constituye riesgo”.

La fábrica trabaja en el mismo lugar desde hace unos 40 años. Desde principios de los 90 pertenece a la firma que ahora debió cerrar sus puertas, Celulosa Baradero SA.

El ex intendente de Baradero Ricardo Montesanti señaló que “nunca hubo problemas de tipo ambiental”. “Sin embargo, queremos que sigan trabajando pero dentro de las normas que se les piden”, subrayó el flamante diputado provincial por el Frente Para la Victoria.

“La mala preparación de la planta –puntualizaron desde la SPA– para gestionar su proceso productivo justificó la clausura preventiva total de la actividad por riesgo inminente contra la salud de la población, los trabajadores y los recursos ambientales.”

“Nos quejamos de los vecinos uruguayos pero no miramos hacia adentro”, expresó el vecino, acoplándose el reclamo oriental que pide a la Argentina “mirar para su propio patio”.