En Uruguay, la posibilidad de que se suspenda la construcción de las papeleras siguió generando el rechazo de casi todos los sectores de la sociedad. En oposición al anuncio realizado por el presidente Tabaré Vázquez y bajo la consigna “En defensa del trabajo y por un país productivo”, el intendente de Fray Bentos, Omar Lafluf, convocó a un paro y una movilización para el jueves. Mientras, el sindicato de la construcción de Uruguay ya está elaborando un plan de lucha para que se garanticen los casi dos mil puestos de trabajo que suman las dos plantas.

“El presidente nos sorprendió tras la reunión que tuvo con Kirchner. Lo que está consiguiendo es resquebrajar la unidad política que habíamos conseguido. Esta unidad es un valor que nadie quiere perder”, expresó Lafluf, luego de dar a conocer la medida adoptada contra la paralización de las obras. El rechazo que ayer se sintió en la ciudad uruguaya donde se instalarán Botnia y Ence fue unánime, y se prevé un paro total y una movilización masiva para el jueves.

“Será una cabal expresión de cómo ve la situación toda la sociedad que quiere trabajar”, agregó al respecto el intendente, quien manifestó cierta sorpresa ante la decisión tomada por Vázquez. “El Presidente siempre dijo que la paralización de obras no sería una moneda de canje. Lo que es ilegal es el piquete, no las obras que se están haciendo en territorio uruguayo”, remató al mismo tiempo que le pidió a Tabaré “regresar al Uruguay y explicar el acuerdo que firmó con Néstor Kirchner”.

Una de las cuestiones que más preocupa en el país vecino es lo que podría llegar a ocurrir con los trabajadores actualmente empleados en la construcción de las dos papeleras. En total suman unos 1800 puestos, en su mayoría correspondientes a la finlandesa Botnia, cuya construcción está mucho más avanzada que la de la española Ence. En Uruguay ayer reinaba un clima de incertidumbre. Ambas empresas rechazaron haber recibido un pedido oficial para paralizar las obras y Vázquez volvió a condicionar cualquier cambio al levantamiento de los cortes (ver página 3).

Sin embargo, los representantes del Sindicato Unico de la Construcción se mostraron alertas ante la posibilidad de que se suspendieran las construcciones y amenazaron con tomar medidas drásticas si las empresas no garantizan la continuidad de los empleos y el pago de salarios. “De acá no nos mueve nadie hasta que no nos den una solución”, alertó el titular del gremio, Juan Sardena. Concretamente el gremio exigió que, en caso de que se paralicen las obras, los trabajadores sigan cobrando sus salarios y se mantengan todos los puestos. Asimismo Sardena mostró preocupación por las repercusiones que podría generar la detención de las obras en otros sectores de la producción. “Tenemos otras dos mil personas en transporte, servicio y alquileres”, explicó. En este sentido, los trabajadores aguardaban tener una reunión con los directivos de las papeleras. Sin embargo, desde las empresas rechazaron la posibilidad hasta tanto no se defina la situación con el gobierno uruguayo.

Mientras tanto, continuaron las críticas desde la oposición. Con un tono cada vez más duro, el ex presidente Jorge Batlle volvió a apuntar contra el gesto acordado con la administración de Kirchner. “¿Vamos a vivir pidiendo permiso a Argentina?”, dijo indignado tras acusar al mandatario por “bajarse los pantalones” y convertir a Uruguay “en un país marioneta”. “Estamos todos locos, ¿cualquiera nos va a aplicar la presión de los piquetes? Uruguay no precisa de los puentes para vivir. Lo que nos compra Argentina lo vendemos en otro lado”, exclamó. En línea con estas declaraciones, el ex vicepresidente del Uruguay Luis Hierro López acusó a Vázquez por haber cambiado de discurso y, si bien calificó como “positivo” el diálogo entre los dos gobiernos, destacó que “la sociedad está sorprendida porque el presidente Vázquez hizo lo contrario de lo que estuvo anunciando hasta la semana pasada, sosteniendo que no había negociación posible mientras se mantenían los piquetes”.