Con no pocos cruces verbales, el oficialismo logró con el peso favorable de los números, el respaldo del Senado a la iniciativa que convierte en feriado el 24 de marzo. Luego de cerca de casi horas de sesión, la propuesta fue votada afirmativamente por treinta y cuatro senadores. Diecisiete lo hicieron en contra. También hubo cuatro abstenciones. El apoyo lo aportaron los peronistas; los votos en contra básicamente fueron del radicalismo, del socialismo, de Carlos Menem y otros bloques. También fueron peronistas los que se abstuvieron: los puntanos Adolfo Rodríguez Saá, Liliana Negre, el sanjuanino Roberto Basualdo y la formoseña Adriana Bortolozzi de Bogado. “Cuando veo quiénes están del otro lado o los que no están, veo que no estoy equivocada”, dijo la primera dama para refutar a los críticos de la medida.

Fernández de Kirchner estaba hablando de Carlos Menem y de la ausente Hilda “Chiche” Duhalde. Con el discurso que Menem había insertado en el diario de sesiones en sus manos, la primera dama criticó al porteño Rodolfo Terragno por proponer, al igual que el ex presidente, declarar al 24 de marzo día de duelo. La chicana motivó que Terragno presentara una cuestión de privilegio contra ella por “la mala fe con la que se lo asoció a quien firmó los indultos”.

En palabras del titular de la Comisión de Legislación General, el santacruceño Nicolás Fernández, el proyecto es “un escalón más en la construcción de la conciencia”. Fernández condenó “la violencia en cualquiera de sus formas” y anheló que la medida contribuyera a hacer efectivo “el nunca más”. Los críticos a la propuesta destacaban la falta de unanimidad dentro de los organismos de derechos humanos; el oficialismo repetía que luego de un supuesto “error de interpretación” éstos apoyaban al Gobierno. Por “lo menos las voces más claras”, dijo Fernández, quien luego leyó una extensa misiva de Hebe de Bonafini. También se preocupó en resaltar que “no era un día festivo sino un día de profundo dolor”.

Terragno compartió los fundamentos del proyecto del Ejecutivo y luego de esto se preguntó: “¿Cómo se puede convertir al 24 de marzo en un feriado?”. Terragno destacó que ésa es la fecha del derrocamiento de María Estela Martínez de Perón. Se detuvo en la etimología de la palabra, destacó que proviene de fiesta “y tiene una connotación festiva, no sólo para los lingüistas sino también en la acepción popular”. El porteño había recordado que había sido un decreto firmado por Jorge Rafael Videla el que dictaminó sobre los feriados. Luego de señalar que “a los dictadores no se les puede pedir cultura ni sensibilidad”, afirmó que “con igual displicencia el actual Presidente democrático ha tomado la ley de Videla y nos propone incorporarle un nuevo feriado. El socialista Rubén Giustiniani se opuso porque dijo que el proyecto “convirtió en polémico algo que no lo era”. El radical formoseño Luis Petcoff recordó que fueron varios los organismos de derechos humanos que estaban en contra de la iniciativa. Nombró a la “Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, al Servicio de Paz y Justicia y a Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora”.