Acusado de 15 casos de secuestro y torturas, doce de los cuales terminaron con la muerte de sus víctimas, el teniente coronel (R) Oscar Pascual Guerrieri presentó una estrategia original para su defensa: argumentó que las aberraciones por las que estaba siendo juzgado eran órdenes superiores. Por intermedio de su abogado, Jorge García Cupé, el represor presentó ante los tribunales de Rosario que investigan la desaparición de personas en el Quinta de Funes una colección de manuales editados por el Ejército donde se explica, dijo, “cómo fusilar y desaparecer” detenidos. El abogado argumentó que la reglamentación de las Fuerzas Armadas “preveían el estado de guerra, la detención del enemigo, torturas y ejecución”.

–¿Usted entiende que Guerrieri actuó de acuerdo con las normas vigentes de esa época? –le preguntó Rosario/12 en mayo del año pasado.

–Digo que si hubiera participado en alguna detención o en algún eventual alojamiento de algún detenido en algún centro de detención, esa detención no habría constituido una privación ilegítima de la libertad ni nada que se le parezca –respondió el abogado.