La CTA denunció ayer que en el Consejo del Salario se impondrá un incremento del mínimo ya acordado por lo que se impedirá en ese ámbito tripartito la búsqueda de consenso. “La CTA rechazará la propuesta oficial y elaborará un postura propia, ya que el Consejo y el Instituto del Salario Mínimo se desnaturalizaron, por lo que se evitó el diálogo entre los sectores y se impuso una postura previamente acordada por sí o no, lo que impedirá la búsqueda de consensos”, afirmó el abogado Horacio Meguira.

La central alternativa, según explicó Pedro Wasiejko, “reclamará un mínimo salarial del valor del límite del índice de la pobreza –de 857,60 pesos–; la fijación del monto de la canasta básica familiar, de unos 2205 pesos; y el subsidio del empleo y la formación”.

Simultáneamente, el economista de la CTA Claudio Lozano denunció que “se desactivaron las comisiones de trabajo del Consejo del Salario para reemplazarlo en la práctica por una estrategia gubernamental que se articula casi exclusivamente con una parte de la representación de los trabajadores (la CGT) y una parte de la empresaria (la UIA)”.

Lozano también habló de la desigualdad distributiva. “La participación del ingreso de los sectores populares pasó del 31,5 por ciento en el PBI de 2001 a una del 26,3 por ciento en el 2005.” Por otro lado, el economista señaló una curiosidad sobre el salario mínimo. “En la Argentina actual existen prácticamente 7.291.163 millones de trabajadores que cobran menos de los 630 pesos en que se fijó el salario mínimo en julio de 2005. Estos representan a prácticamente la mitad de los ocupados totales. Discriminado por intensidad laboral, resulta que en esta situación se encuentran el 60 por ciento de los subocupados, el 53,2 por ciento de los ocupados plenos y, casi para no creer, el 42,2 por ciento de los sobreocupados”.