–Usted dice que los delitos bajaron, pero hay otros delitos que parecen subir, como el robo a los ancianos, por ejemplo.

–Eso no es así. Los medios de comunicación difundieron mucho los hechos que tuvieron como víctimas a los ancianos y fíjese que ahora esos hechos aparecen mucho menos. La razón es que hay menos. Por supuesto que el año pasado hubo un momento en que los ataques eran muy numerosos, pero ahora bajaron muchísimo. Ahora bien, no hay delitos que desaparecen en forma abrupta y total. Lo que existe es cambio en el delito. Hay como un sentido de la oportunidad, ven mejor tal delito que tal otro. Hace un tiempo eran abrumadores los robos a taxis. Después bajaron mucho. Ahora reaparecieron. Lo mismo ocurre con llevar a personas a cajeros automáticos. Desapareció esa modalidad, volvió a aparecer. Otro tanto ocurrió con los restaurantes. Le insisto también en que mucho juegan lo medios de comunicación. Los secuestros bajaron en forma notoria, casi han dejado de existir y sólo hay algunos express. Pero se produjo uno, el de Luis Orzomarzo, con sus más y sus menos. Y la cobertura de los medios terminó en que mucha gente dijera volvieron los secuestros, cuando estábamos hablando de un solo caso.

–¿Cuánto pueden influir los medios?

–Está comprobado en forma científica que la difusión de los hechos es decisiva. Es obvio que hay delitos, delitos de todo tipo que afectan y producen perjuicios tremendos a quien los sufre. Pero supongamos que bajamos esos hechos a un tercio. Sólo la difusión de ese tercio, o mejor dicho de algunos hechos de ese tercio, con el efecto sobre las víctimas, deja la sensación de que lo que está ocurriendo es el triple de lo que en verdad ocurre. Y allí entra también lo de Blumberg y esa política de producir zozobra social. Hoy tenemos muchos menos delitos que hace dos años, tenemos más policías que nunca, mejores medios técnicos, pero la percepción transmitida por Blumberg y por algunos medios hace que parezca que estemos igual o peor. Le insisto en que está estudiado a nivel internacional que el humor social y la sensación de inseguridad están muy vinculados con la difusión de los hechos y el papel de los medios.